En tiempos de polarización, son verdaderamente extraños los gestos de generosidad en pro del bien común, y, por lo tanto, aquellos que huimos de la política (y la vida) dicotómica debemos ser los primeros en reconocer los gestos que en esta era de la radicalización se convierten en gestas. En los próximos días se firmará un acuerdo entre el Gobierno, sindicatos y la patronal, en la que esta última tiene, si cabe, más mérito que las demás. Me explico. Desde que en 1980 se acordara entre los mismos actores el Estatuto de los trabajadores, ningún Gobierno había sido capaz de hacer del diálogo social un verdadero marco de negociación. Los gobiernos de izquierdas pactaban la reforma laboral con los sindicatos. Cuando llegaban los gobiernos de derechas pactaban la contrarreforma con la patronal. Por lo tanto, es la CEOE, con Antonio Garamendi liderando, quien tiene un plus de reconocimiento en este asunto, porque sabe que las críticas vendrán de los más cercanos, no por el fondo del acuerdo, sino por el hecho del acuerdo.
EL ANÁLISIS
Garamendi: gestos que son gestas | Videocomentario de Verónica Fumanal
Es la CEOE quien tiene un plus de reconocimiento con la reforma laboral, porque sabe que las críticas vendrán de los más cercanos, no por el fondo del acuerdo, sino por el hecho del acuerdo
Verónica Fumanal. Gestos que son gestas.
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