JUEGO DE TRONOS

El miedo a la palabra España

Pablo Casado, en la plaza de toros de Valencia. / EFE / MANUEL BRUQUE

Con el nacionalismo suele pasar lo mismo que con el machismo, los machistas siempre son los otros. La palabra España no se utiliza con naturalidad. Algunos prefieren hablar del Estado y otros utilizan la nación, sin más. Según el consenso constitucional, España es un Estado y una nación. La incomodidad con la palabra España proviene del hecho que nunca se culminó el Estado-nación homogeneizado que Francia consiguió en su momento. De manera que, en demasiadas ocasiones, la derecha ha querido monopolizar la nación y la izquierda, el Estado. Curiosamente, a quienes desde la periferia han querido reivindicar una concepción nacionalmente plural del Estado, han sido calificados de «nacionalistas» y el colmo de la paradoja ha sido cuando esta oposición se ha trasladado al eje monarquía-república. Algunos discursos en la convención del PP, algunas enmiendas en el próximo congreso del PSOE o a la aparición el martes de un diario con el nombre de ELPERIÓDICO DE ESPAÑA, editado por Prensa Ibérica, han puesto sobre la mesa este debate, mucho más nuclear y menos superficial de lo que aparenta.