Contracrónica

Illa ofrece un ovillo a Aragonès

Solo en la indescifrable política catalana ocurre que la intervención más mansa de oposición al Govern la haga el primer partido de la oposición

Salvador Illa se dirige a la tribuna de oradores ante la desatenta mirada de Pere Aragonès. / Job Vermeulen (ACN)

Aseguraba Hemingway que durante la Primera Guerra Mundial un hombre fue fusilado por un pelotón de objetores de conciencia. Sirva esta anécdota para resumir la inmisericorde intervención de Carles Riera, dirigente de la CUP, socio preferente, por no decir muleta indispensable, del Govern que preside Pere Aragonès, al que exige un nuevo referéndum antes de 2025. Junts per Catalunya no es socio preferente. Es Govern. Y, a la par, oposición. Más incluso. Es el tábano que habitualmente más incordia a Esquerra, la dinamita de la mesa de diálogo. Con estos compañeros de viaje, ¿qué papel le queda al PSC, formalmente principal partido de la oposición? Esta era una de las incógnitas a despejar en la segunda jornada del debate de política general. No es que sea la repera como ecuación, pero es que lo que algunos llaman el conflicto catalán ha llegado ya a ese punto en que lo mejor que se puede esperar es que las cosas no vayan a peor.