Primer balance del nuevo Executiu

Pere Aragonès: 100 días de aterrizaje y un otoño en cuesta

El president Aragonès y el conseller de Salud, Josep Maria Argimon, visitan el Hospital Moisés Broggi. / Alejandro García (EFE)

Cada día laborable en que, de dos a cuatro de la tarde, no tiene ningún acto, Pere Aragonès come con un ‘conseller’. No se trata de una práctica puntual, sino de una rueda, de momento, sin fin. Con todos los miembros del Govern, sin distingo de filiación política. Es un dato que trasluce uno de los objetivos prioritarios de la 'era Aragonès': la voluntad, coinciden todas las fuentes consultadas, “de recuperar la institución de la Generalitat, su Govern y su ‘president’”. En la anterior administración, la de Quim Torra, valga la comparación, los directores de comunicación posconvergente y republicanos ni se coordinaban.