Como era de esperar, el estreno de Vox en el Parlament fue de todo menos discreto. Tanto por las circunstancias externas -gran parte de los diputados de ERC, JxCat, los 'comuns' y todos los de la CUP abandonaron el auditorio cuando tomó la palabra Ignacio Garriga- como por la alocución de su líder, que repasó todas las propuestas populistas que han llevado a la ultraderecha a convertirse en el cuarto partido de la Cámara.
Garriga pidió, entre otras cosas, que los condenados del 'procés' cumplan íntegras sus penas, denunció una supuesta "creciente islamización de Catalunya" y exigió la eliminación del Estado de las autonomías y el cierre de TV-3. "Que Dios les bendiga y que Dios bendiga a nuestra Catalunya", concluyó.
El candidato a 'president', Pere Aragonès, le contestó leyendo unos fragmentos del libro 'Contra el odio', de la periodista alemana Carolin Emcke. "Prepárense, porque van a tener una legislatura donde quizás ustedes trabajen poco, pero les aseguro que el Tribunal Constitucional va a trabajar mucho", le respondió Garriga.