Cita con las urnas

14-F en el Priorat, una burbuja de doble filo

  • No están las elecciones en boca de los vecinos de la comarca, famosa por sus vinos, sino la pandemia. Cansados de unos políticos que, dicen, no cumplen las promesas, se sienten tratados como ciudadanos de segunda ante la falta de ayudas y los deficientes servicios. Una sensación que los estragos del covid y fenómenos climatológicos como el Filomena o el Gloria han acentuado

Carteles electorales en la plaza de la Quartera, en Falset, capital del Priorat. / JOAN REVILLAS

Una fina lluvia cae sobre Falset, capital de la comarca del Priorat, pero ese agua que tanto beneficia a esta seca tierra no impide a Lola, de 88 años, ir a comprar el pan a la Fleca Pedret, junto a Carme, que la ayuda en casa. “Estamos preocupadas por la pandemia. Todo se ve muy negro”. Un centenar de metros más allá, una clienta entra en la farmacia de la plaza de la Quartera. Intranquila: “¿Ya sabéis que ha habido un brote en el instituto?”. “A la gente le preocupa el covid, no las elecciones” -confirma Mireia, la farmacéutica-. Yo no votaré. No entiendo que con tantas prohibiciones te dejen ir a mítines y a votar incluso si tienes el virus, ni que se dediquen tantos medios a montar unas elecciones cuando aquí, por ejemplo, hay muchas cosas que arreglar. Nosotros también pagamos impuestos”. Y desgrana una lista de reclamaciones a los políticos que coinciden, casi palabra por palabra, con la de muchos vecinos de esta comarca de 23 pequeños pueblos que rondan los 200 habitantes. Un Priorat cuyos preciados vinos con DOC (Denominación de Origen Calificada) han atraído un turismo de calidad -ahora ausente con los confinamientos-, que vive mayoritariamente de la agricultura –viñedos y olivos -, pero que sigue, aseguran, muy olvidado por las administraciones.