A la espera de despejar la gran incógnita, que no es otra que el puesto que elija para sí mismo Carles Puigdemont en la lista electoral, JxCat sigue moldeando sus candidaturas. Con un modelo novedoso, tras la designación de la presidenciable (Laura Borràs), este fin de semana ha tocado realizar otras primarias (la llamada 'segunda urna') para decidir quiénes van en los puestos de honor y de elección casi segura.

Esta ‘segunda urna’ ha certificado que el otrora equilibrio entre la posconvergencia y el puigdemontismo se ha diluido. Las listas de JxCat y el programa electoral que sustentan son claramente diferenciables tanto de la de ERC, como del PDECat, que concurrirán al 14-F con un ideario y unos candidatos más asentados en el secesionismo pragmático.

Para esos puestos de salida, la militancia ha apostado por el círculo de confianza de Puigdemont. Así, entre los ocho elegidos se hallan Elsa Artadi (la segunda), el ‘conseller’ Jordi Puigneró (el presidenciable que deseaba Puigdemont, a decir de muchos, quedó cuarto) y Josep Rius, mano derecha del ‘expresident’ (octavo). Ganó el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Joan Canadell, Jaume-Alonso Cuevillas fue tercero y Lluís Puig Gordi (que no podrá recoger el acta por estar en Bélgica), Meritxell Budó y Damià Calvet fueron quinto, sexto y séptimo.

En las otras circunscripciones también se han impuesto los cercanos a Puigdemont. En Tarragona, a Albert Batet le costó esta vez poco encaramase a lo más alto, con el 48% de los votos. En Girona, la portavoz parlamentaria Gemma Geis y la alcaldesa de la capital, ergo sucesora del ‘expresident’, Marta Madrenas ocuparon dos de los tres puestos de honor. Y en Lleida, Ramon Tremosa vio refrendada su apuesta ‘cunera’ , duplicando en apoyos a su perseguidor.

En manos de la ejecutiva nacional

Como rezan los estatutos de la fuerza, no solo los votos determinan qué configuración tendrán las listas. La ejecutiva nacional fijará el orden final y completo en cada provincia, a fin de garantizar "la paridad, la pluralidad ideológica, el equilibrio comarcal, la diversidad profesional y generacional y el equilibrio entre experiencia y renovación institucional”.

Así, por ejemplo, no es descartable que tres mujeres que han quedado cerca de los ocho primeros, como Pilar Calvo, la alcaldesa de Vic, Anna Erra, y Aurora Madaula, acaben, finalmente, aupadas a los puestos ‘seguros’.

Las urnas también han proporcionado alguna que otra sorpresa. Por ejemplo, el 25º puesto del ‘exconseller’ Ferran Mascarell y el 15º de Francesc de Dalmases, jefe de campaña de Borràs en las primarias. Ambos quedaron por detrás de Jordi Pesarrodona, el exconcejal de ERC en Sant Joan de Vilatorrada que saltó a la fama por ponerse una una nariz de payaso (su profesión) al lado de un guardia civil el 1-O, y que fue inhabilitado por obstruir la acción policial el día del referéndum.