La Contra

Madrid o el desespero

La autoridad sanitaria ha permitido que Isabel Díaz Ayuso fuera desangrándose políticamente entre el estupor y la perplejidad de buena parte de su población

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. / JOSÉ LUIS ROCA

Hay varios frentes abiertos en la batalla de Madrid. El primero, el sanitario, por supuesto. Este esconde a su vez las intenciones reales del Gobierno autonómico para buscar su enfrentamiento con el Ejecutivo central como si se tratara de reeditar un Dos de Mayo” actualizado. Las tropas napoleónicas serían hoy las orientaciones del gobierno de Pedro Sánchez a través del  Ministerio de Sanidad para aconsejar, sugerir, negociar y pactar un acuerdo ampliable al resto de comunidades que dejaba claro que no hay privilegios porque Madrid es España. O peor, que España reside en Madrid. Después, observar, esperar, desdecir, renunciar y lamentar la ruptura unilateral del acuerdo. Lanzar por fin un ultimátum e  imponer por decreto las medidas rechazadas. Y todo esto para acabar en los tribunales que es donde la política actual parece destinar sus objetivos. Opción a la que el PP se ha hecho adicto porque le resulta más cómodo que un árbitro al que conoce por afín tome las decisiones que la falta de coraje político no se atreve a asumir.