La gestión del brote de covid-19 en la comarca ilerdense del Segrià, que llevó a su confinamiento perimetral el pasado sábado, 4 de julio, supuso algo más que una sobretensión sobre las ya deshilachadas suturas del pacto entre Junts per Catalunya y ERC. Fue, sobre todo, un debate abierto sobre cómo se deben afrontar esta y futuras reapariciones a mediana y gran escala del coronavirus. Una cuestión más que delicada que se entrecruza con otros aspectos, como la presencia de trabajadores temporales en la comarca de Lleida. Queda claro que ni su estatus laboral, ni muchísimo menos su raza, han ayudado a la expansión del virus. Pero sí el sistema de estos trabajadores, cohabitando en grupo en pabellones y socializando, lógicamente, al acabar la jornada.
LA GESTIÓN DEL EJECUTIVO CATALÁN
La tensa decisión de confinar Lleida
La medida se tomó tras dos reuniones en las que se produjo un choque frontal entre Torra y Vergès
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, el ’president’ Quim Torra y la ’consellera’ de Salut, Alba Vergès, en el homenaje de la Generalitat a las víctimas del coronavirus /
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