ANÁLISIS

Heridas, retos y rotos de un Gobierno que aguanta

La última prórroga del estado de alarma evidencia que el Ejecutivo resiste, pero con cicatrices serias y crisis internas mal resueltas. Toca reconstrucción, elegir socios para lo que viene, acertar en prioridades y negociar bien en Europa

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Pleno del Congreso para pedir la última prórroga sobre estado de alarma junto a parte de su equipo / POOL

Contra pronósticos, cerró Pedro Sánchez el último Pleno (Covid-19 mediante) dedicado al estado de alarma con más votos y menos dificultades para lograrlos que hace apenas unas semanas. La excepcionalidad sanitaria y administrativa de una España que ha visto forzadas sus costuras barrunta, por fin, un colofón a una durísima etapa de virus planetario y letal. El Gobierno empieza a ahora a respirar más  pausado -las cifras médicas acompañan- pero conoce los riesgos de un rebrote vírico y una crisis de calado.