La derecha ve en la reunión entre Sánchez y Torra un gesto de rendición del Gobierno

El líder del PP recrimina al presidente del Gobierno que acepte ser recibido como un "visitante extranjero"

Abascal asegura que el encuentro ha sido entre "un presidente ilegítimo y un presidente ilegal"

El presidente del PP, Pablo Casado, y la portavoz parlamentaria en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo / DAVID CASTRO

El viaje de Pedro Sánchez a Barcelona para reunirse con Quim Torra fue la diana de todas las críticas de la derecha española. PPVox Cs cargaron contra el presidente del Gobierno por citarse con el "inhabilitado" dirigente de JxCat. El líder popular, Pablo Casado, encabezó ayer las críticas reprochando a Sánchez el haberse plegado a las exigencias de Torra para celebrar el encuentro: "Lo que hoy estamos viendo es un presidente del Gobierno que va a rendir pleitesía a una persona inhabilitada mientras es recibido como un visitante extranjero".

En una reunión del grupo parlamentario conservador en el Congreso para planificar el comienzo de la legislatura, Casado advirtió que el gesto de Sánchez con el 'president' es "una estación más en la escapa que el PSOE ha emprendido desde el bloque del constitucionalismo hacia el independentismo".

 

"Este Gobierno ya no engaña a nadie y funciona con la respiración asistida de una bomba de oxígeno que es independentista", lamentó el líder popular antes de tachar a Sánchez, una vez más, de "rehén" de ERC y JxCat. Además, recordó que ante el intento del PSOE de desjudicializar la política a ellos no les queda más remedio que acudir a la Justicia.

En este sentido, hizo alusión a la querella que presentó el PP este miércoles contra Torra por "usurpación de funciones" y avisó al secretario general socialista de que tomarán acciones contra él si cede lo que la "Constitución y el ordenamiento jurídico le impiden negociar en esa mesa de partidos o en cualquier reunión en la que traten cualquier tipo de prebenda para seguir en el poder"

Diálogo con la oposición

Santiago Abascal no quiso quedarse atrás y, antes de producirse el encuentro entre ambos dirigentes, ya apuntó que la reunión tendría lugar entre "un presidente ilegítimo y un presidente ilegal". El título de "ilegítimo" se lo concedió a Sánchez, del que dice que "mintió" durante la campaña electoral, y el de "ilegal" a Torra por mantenerse al frente de la Generalitat después de que le hayan retirado su acta de diputado del Parlament.

Se sumó a la ristra de reproches la portavoz parlamentaria de Cs y, previsiblemente, futura líder del partido, Inés Arrimadas, que reclamó a Sánchez que si acude a Catalunya también debería hablar con la líder naranja autonómica, Lorena Roldán,: "Ten la decencia de sentarte con los líderes de la oposición que representamos mayoritariamente a los no independentistas". 

"El nuevo camino"

De los pocos que aplaudieron la reunión y las posteriores declaraciones de Sánchez y Torra fue el  vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que celebró en Twitter que se "abre una nueva oportunidad" tras "años de falta de diálogo". El jefe de los morados defendió que en una España "plurinacional" hay que gestionar con "inteligencia y empatía" la diversidad. "La palabra es el nuevo camino", sentenció.