EL LABERINTO CATALÁN

Precaria unidad en el Parlament paralelo de Puigdemont

La Assemblea de Càrrecs Electes echa a andar con 2.000 participantes y con desconfianza entre partidos

Los gritos de 'Buch dimissió' molestan a los participantes del PDECat

Carles Puigdemont, en 2019. / AFP

El Palau de Congressos de Barcelona acogió este miércoles el acto fundacional de la Assemblea de Càrrecs Electes de Catalunya, una parte de la arquitectura institucional paralela que promueve Carles Puigdemont y que debería convertirse en algo parecido a un Parlament oficioso.

En el recinto se reunieron unos 2.000 cargos electos, en su mayoría concejales y alcaldes de Junts per Catalunya, Esquerra Republicana y la CUP. Tiene mérito, en una etapa en que la desorientación del independentismo ha impedido incluso que se apruebe una resolución conjunta contra la sentencia del ‘procés’ antes de las elecciones. Pero la unidad fue solo relativa; muchos detalles dejaron ver la distancia que aún separa a los partidos soberanistas.

El Govern y el Parlament quisieron escenificar un apoyo sin fisuras a la nueva ágora independentista: en primera fila se sentaban el 'president' Quim Torra, el 'vicepresident' Pere Aragonès y el presidente del Parlament, Roger Torrent. Nada más entrar, por ejemplo, llamaba la atención que la mesa donde se acreditaban los cargos electos de ERC fuera diferente a la del resto, y estuviera logotipada con los símbolos del partido.

Manifiesto de mínimos

El manifiesto pactado también evidenció la desconfianza de los convocados. Consta de cinco puntos, que solo recogen las reivindicaciones de mínimos del movimiento: el “rechazo a la sentencia”, la petición de “amnistía y libertad de los presos”, el “apoyo a la movilización popular”, la exigencia de un “diálogo con el Estado” y una “mediación internacional”; y la voluntad de trabajar “por la autodeterminación” de Catalunya.

La intervención en vídeo de Carles Puigdemont desde Waterloo era en principio el plato fuerte de la sesión. El ‘expresident’ evidenció que su línea sigue siendo la del enfrentamiento directo con el Estado, y también que es el principal interesado en que la Assemblea de Càrrecs Electes tenga futuro. “Tenemos la voluntad de combatir esta represión latente que pone límites a nuestras instituciones convencionales”, dijo para reivindicar su arquitectura institucional paralela.

Forcadell y no Junqueras

ERC eligió a Carme Forcadell, y no a Oriol Junqueras, en un significativo gesto, para exponer sus reflexiones a los congregados mediante una carta. La expresidenta del Parlament, condenada a 11 años y medio de cárcel, fue prácticamente la única en toda la velada que se refirió a la necesidad de que “el independentismo nunca se aparte del camino de la no violencia”.

Pero la parte más jugosa del acto fue el turno de intervenciones. En varias ocasiones hubo ataques de cargos de la CUP contra la actuación de los Mossos d’Esquadra durante los altercados de las últimas semanas. “Buch dimissió”, coreó como respuesta gran parte del aforo. Y eso creó malestar en un sector del PDECat, algunos de cuyos integrantes incluso abandonaron el Palau de Congressos.

Otros intervinientes llegaron a pedir la supresión de la Brigada Mòbil de los Mossos. Y uno cargó contra la interpretación del presidente de la Generalitat, Quim Torra, de que quienes provocan los disturbios en las manifestaciones son infiltrados. “En Via Laietana no había infiltrados, éramos vuestros hijos”, dijo este concejal de 28 años.