Últimas horas de campaña, tiempo ya de dejar las elaboradas tácticas de los respectivos gurús de la comunicación política y apelar a lo simple. Tras el debate de TV-3, donde Gabriel Rufián trató de morder a Meritxell Batet (PSC) en busca de tapar la fuga de votos propios hacia el voto útil, los republicanos han retornado, este jueves, en Girona a lo que en ropa se llamaría ‘los básicos’: El tripartito de derechas de PP, Cs y Vox son los herederos de los que ganaron la guerra civil, en 1939, es decir, del franquismo.
De hecho, el candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Ernest Maragalll, ha recuperado, incluso, el término que se empleó para los ganadores de la contienda: son los ‘nacionales’.
“Nos enfrentamos a los mismos que nos robaron un país y una república hace 80 años” blandió Rufián que señaló como única diferencia la ‘pluralidad’ en las vestimentas. Si antes iban de ‘azul’, en referencia a los colores de la Falange, “ahora van de azul, naranja y próximamente de verde”, en referencia a los símbolos de PP, CS y Vox, respectivamente.
Con todo, de estos tres, Rufián elevó a la categoría de verdadero “peligro” a Ciudadanos, por aquello de sus opciones de pactar con un PSOE, seguro ganador de los comicios del domingo. Rufián, de hech, ha recuperado la batería de preguntas que lanzó a Batet en el debate televisivo y que quedaron todas sin respuesta, empezando por la de su partido pactará con las huestes de Albert Rivera.
Y aquí ha sido de nuevo Maragall quien ha adjetivado a los rivales y advirtió de la posible entente entre “el socialismo cobarde” de Pedro Sánchez y el “liberal-falangismo” de Rivera.
Voto útil
El vicepresidente del Govern, y líder extramuros de ERC, Pere Aragonès, por su parte, realizó una nueva apelación al voto útil independentista, muy a la manera de Oriol Junqueras el pasado viernes en videorueda de prensa. El adjunto a la presidencia de ERC pidió que se “acumulen los vots” de los secesionistas alrededor de Junqueras para conseguir el sueño de los republicanos en estos comicios. Y no es otra que, en palabras de Aragonès, “teñir” las cuatro provincias catalanas “ del amarillo republicano”. El amarillo, también de los “presos políticos”.