CITA CON LAS URNAS

La cocina en llamas de la posconvergencia

Las generales cogen con el pie cambiado al nuevo artefacto político de Puigdemont, que se juega su apuesta combativa

La candidatura de JxCat, tras la purga al sector moderado, mira de reojo a ERC con exigencias al PSOE e invocando la unidad

El ’president’ Carles Puigdemont junto a Jordi Sànchez (ANC). / JULIO CARBO

"Algunos quieren  discutir sobre el menú, cuando tenemos la cocina incendiada". Con este mensaje, los jefes de la candidatura de JxCat tratan de centrar el mensaje con el que intentarán vencer a las encuestas, que pronostican un -nuevo- batacazo de la posconvergencia en las próximas elecciones generales en beneficio de ERCERC. Se trata de lanzar un mensaje de conflicto, de baja calidad democrática española, esgrimiendo la situación de los presos y el resto de víctimas de la "represión". Y apelar a la unidad electoral independentista y a la transversalidad de la lista de JxCat, una manera indirecta de criticar a Esquerra por no aceptar una candidatura unitaria.

Esta campaña coge con el pie cambiado al 'expresident' Carles Puigdemont, y a su nuevo artefacto, la Crida Nacional per la República. En tiempo récord, Puigdemont ha marcado el rumbo con mano dura: purgando a los que reniegan de la unilateralidad y que apuestan por el diálogo y colocando al líder de la Crida, Jordi Sànchez, como cabeza de cartel -pese a que el movimiento de Puigdemont decidió no concurrir-, y a los también presos y 'exconsellers' Jordi Turull Josep Rull en Lleida y Tarragona. Los cuchilos, internamente, no pueden estar más afilados.

"Rendición o república"

La tesis es clara: tensar las costuras del Estado. "Rendición o república", alegan. El mensaje será, pues, emocional -por la dignidad- y también tratará de incorporar elementos de racionalidad, con propuestas sectoriales en favor de la economía o las infraestructuras. Y se lanzará otra idea-fuerza para cazar votos de ERC: las líneas rojas. Mientras los republicanos no las colocan ante una eventual negociación de investidura, la lista de Sànchez y Laura Borràs pone como condición, no concretada, el fin de la represión y el derecho a la autodeterminación. Todo un reto para Puigdemont en el primer test de su apuesta tras el éxito del 21-D del 2017 frente a su principal rival por la hegemonía: Oriol Junqueras