21-D
Los CDR no logran sembrar el caos
Júlia Regué / Guillem Sànchez / Roger Pascual
El cóctel de movilizaciones previsto y la contundencia de los mensajes de los organizadores auguraban un bloqueo del territorio sin precedentes. Pero lo cierto es que los Comitès de Defensa de la República (CDR) no lograron sembrar el caos que pretendían y el Consejo de Ministros se celebró con naturalidad debido al blindaje de los cuerpos policiales.
Los cortes de carretera, a primera hora de la mañana, se levantaron parcialmente pocos minutos después -excepto en el caso de la AP-7 a la altura de l'Ampolla que se alargó unas cinco horas-. En algunos puntos los construyeron con ramas y neumáticos que depsués quemaron.
La tensión y el encontronazo con los Mossos d'Esquadra se sucedió en los aledaños de La Llotja, aunque en ningún caso lograron rebasar el anillo de protección del cuerpo policial autonómico, que era reforzado a sus espaldas por la Policía Nacional a lo largo del paseo de Colón. No tuvieron que intervenir. Los Mossos cargaron en varias ocasiones contra los independentistas, que provocaban lluvias de vallas, latas y pintura contra los uniformados.
Detuvieron a 13 personas, diez en Barcelona, por los incidentes causados. La mayoría fueron detenidos durante los altercados. Aunque el primero, a las 8.00 horas, fue arrestado tras ser sorprendido portando material para provocar una deflagración cuando se dirigía a una de las tres columnas convocadas por los CDR.
El perfil más beligerante de los CDR estaba integrado por manifestantes muy jóvenes que buscaron el cuerpo a cuerpo con los antidisturbios de forma reiterada. El Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) atendió a un total de 62 personas, 57 de ellas por contusiones, y otras 15 acudieron al hospital. Unos 35 fueron agentes que recibieron el alta 'in situ'.
Encontronazos entre manifestantes
El dispositivo policial diseñado para trasladar al Gobierno de Pedro Sánchez hasta el lugar de reunión resistió los envites de los manifestantes sin demasiados apuros. Las cargas más contundentes tuvieron lugar en los aledaños del mirador de Colón pero a medida que los encapuchados intensificaban su ofensiva contra los Mossos, crecía el rechazo de no pocos concentrados que, de más edad y a cara descubierta, les increpaban por actitudes broncas. Algunos incluso pusieron el cuerpo para evitar que movieran vallas y contenedores de basura. También interfirieron los miembros de los llamados Bombers per la República, que se situaron delante de los Mossos para evitar altercados y clamar a favor de una protesta "pacífica".
El foco más conflictivo se situó en la plaza de Drassanes. Varios encapuchados lanzaron objetos contra los antidisturbios antes de las 9.00 horas. Una acción que acabó provocando las primeras cargas. El incidente más grave, poco antes de las 12.00 horas, sucedió a escasos metros de este primer brote y se zanjó con estampidas de manifestantes huyendo por La Rambla. Durante el enfrentamiento, lanzaron piedras a los policías, algunas de grandes dimensiones -como los trozos de baldosa arrancadas del suelo- , que provocaron algunos heridos en las filas de la Brigada Mòvil (Brimo).
La manifestación que partía en Urquinaona y que recorrió la Vía Laietana empezó tranquila. Una señora que exhibía una bandera española gritaba "soy franquista, no me da miedo nada" a lo que los congregados respondían entre risas cantando "alcohol, alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos". Menos suerte tuvo un periodista de Intereconomía, que recibió un puñetazo en la nariz. El ambiente se fue caldeando conforme avanzaba la mañana y los Mossos dispararon varias salvas al aire. Tras varios avisos, cuando los CDR llevaban rato zarandeando las vallas se seguridad, cargaron. Un hombre que intentaba mediar entre los concentrados y los agentes terminó con una brecha en la cabeza por la intervención policial. Para evitar males mayores, los bomberos forjaron una nueva línea.
Cuando el dispositivo se dio por finalizado y los CDR desconvocaron, a las 14.30 horas, la convocatoria de Vía Laietana, terminó acorralando e increpando a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) que fueron evacuados por la Brimo. Furgones de esta unidad trataron de dispersar la calle haciendo pasadas con la furgoneta, algunas no exentas de riesgo de atropello, que crisparon a los concentrados.
El Govern apunta a infiltrados
La respuesta del Ejecutivo catalán la entonó la 'consellera' Elsa Artadi. Destacó que la "inmensa mayoría" de las protestas fueron cívicas y condenó cualquier tipo de violencia orquestada por encapuchados, aunque apuntó que podía tratarse de infiltrados. También planteó la posibilidad de que haya manifestantes que acudan a las protestas con la cara tapada por "miedo a que se les criminalice" y señaló el caso de la activista Tamara Carrasco.
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