DIPUTADOS SUSPENDIDOS

¿Por qué se enzarzan Junts per Catalunya y ERC?

Los posconvergentes se resisten a designar un sustituto que asuma las funciones de los diputados suspendidos

PARLAMENT DE CATALUNYA LAZOS AMARILLOS / ALBERT BERTRAN

Pleno del Parlament pospuesto por la pugna entre JxCat ERC por los disputados suspendidos. Los posconvergentes se resisten a designar un sustituto que ejerza las funciones de los procesados por rebelión y ERC exige a la desesperada que cumplan con lo propio. 

Y es que no se ponen de acuerdo en la interpretación de un dictamen que ellos mismos diseñaron y que fue avalado por los letrados de la Cámara catalana. De un lado, rechazaron la suspensión de los procesados por el Tribunal Supremo, pero de otro, lo acataron, aunque dejaron abierta la posibilidad de que pudieran delegar sus funciones a otro compañero de filas para no alterar las mayorías. Una vía que el mismo juez instructor, Pablo Llarena, propuso.

Los republicanos se apresuraron a señalar a Sergi Sabrià como el encargado de velar por Oriol Junqueras y Raül Romeva. Pese a que los letrados de la Cámara catalana advirtieron de que no contabilizarían la papeleta de Carles Puigdemont, Jordi SànchezJordi Turull y Josep Rull sin un escrito a la Mesa del Parlament calcado al de ERC, los de JxCat se escudan en que la delegación del voto que aprobaron sigue vigente y no mueven ficha.

De hecho, lo único que han comunicado ha sido de la mano del portavoz Albert Batet, quien se ha dirigido a la Mesa para indicar que "continuará votando en representación" de los cuatro. Pero Batet ha pasado por alto que deben ser los suspendidos los que lo reclamen con su propio puño y ha obviado usar la expresión "designación de un sustituto", unas palabras sin las que no van a ceder el letrado mayor Joan Ridao y el secretario general Xavier Muro. Oídos sordos en las filas de JxCat.

En la bancada de ERC temen que esta maniobra pueda comprometer al presidente del Parlament, Roger Torrent, que exige a la desesperada que los posconvergentes cumplan con lo debido. Más aún cuando la líder de la oposición, Inés Arrimadas, promulga una querella contra los miembros de la Mesa al entender que podrían incurrir en desobediencia por "votar una resolución judicial".

El encontronazo entre los socios de Govern se arrastra desde julio, cuando las dos principales fuerzas independentistas usaron su mayoría en la Mesa del Parlament para poner en suspense esta decisión, que se acabó trasladando al pleno, y bloquearon el debate en el hemiciclo hasta esta misma semana. Los posconvergentes blindaban entonces a Puigdemont pero los republicanos se negaban a hacer distinciones. 

La tensión se ha acrecentado de nuevo a marchas forzadas y nadie descarta ahora que pueda conllevar consecuencias definitivas para la estabilidad del Ejecutivo de Quim Torra.