El alcalde de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros (PSC), ha asegurado este lunes que la mayoría de las entradas para la inauguración puestas a disposición del público en la inauguración de los Juegos del Mediterráneo se vendieron y que las localidades que quedaron vacías correspondían a invitaciones o compromisos. Concretamente, se vendieron 6.793 entradas de un total de 7.000, que eran el objetivo de la organización.
Según Ballesteros, los espacios vacíos del estadio respondían a atletas que se fueron tras el desfile sin ocupar los 3.000 asientos que se les debía reservar obligatoriamente, así como a miembros de los comités olímpicos, a los cuales se debían resetvar 1.800 localidades, así como a una parte de asientos de voluntarios.
Sobre las acusaciones de que se habría dirigido la venta o regalado entradas a grupos como Vox o Societat Civil Catalana, Ballesteros lo ha negado y ha afirmado que se han dicho "muchas tonterías".
Después de que en las competiciones se hayan visto gradas vacías, la organización ha hecho un impulso de la promoción de venta de entradas.
Ballesteros también ha rechazado los pitidos a Quim Torra, "de manera clara y sin paliativos", y al rey Felipe VI.