Los populares, como pollos sin cabeza por la moción de censura

Rajoy se ausenta del hemiciclo al confirmarse oficialmente que el PNV apoya a Sánchez

El presidente ha pasado la tarde en un restaurante cercano al Congreso con algunos colaboradores

Rajoy y Santamaría

Como pollos sin cabeza. Es la descripción más exacta que se puede aplicar a diputados, cargos, ministros y secretarios de Estado ligados al PP, además de técnicos y miembros de distintos gabinetes que durante unas horas de esta histórica tarde de miércoles deambulaban por los pasillos y patio del Congreso sin rumbo ni discurso cierto, una vez el PNV confirmó a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez que apoyarían la moción de censura al Gobierno, registrada tras la sentencia del caso Gürtel.

¿Qué hacer ahora?; ¿qué decir?; ¿dónde está Rajoy?. Esas preguntas se las hacían algunos dirigentes del partido en voz alta, ya sin disimulos, en presencia de periodistas. Y es que tras la sensación de amarga despedida que se instaló poco a poco en los escaños conservadores a lo largo de la mañana, el alea jacta est que transmitieron los nacionalistas vascos provocó tres cosas: que los populares se quedaran huérfanos en el hemiciclo (Rajoy optó por no volver a la Cámara); que desde La Moncloa tuviera que confirmarse por enésima vez que el presidente no pensaba dimitir y que  algunos dirigentes no pudieran ocultar su estupefacción sobre la "falsa de previsión" de sus jefes.

A tanto llegó la sensación de desamparo en el PP que sobre las 18.30 horas se vieron obligados a salir –en rueda de prensa o corrillos informales con la prensa- la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría; la secretaria general, Dolores de Cospedal y el coordinador Fernando Martínez-Maillo para transmitir una idea al unísono: Rajoy no se va porque no ha hecho "nada malo"; no se hubiera arreglado nada con eso porque los números no le daban para garantizar una investidura de otro popular y será después de la votación del viernes, explicaron, cuando se empiece a conocer cómo será el nuevo PP en la oposición. 

Cerca de las 20.00 se despejó una de las incógnitas. Rajoy se había ido a almorzar a un restaurante cercano al Congreso, en la calle de Alcalá, y todavía seguía allí con sus princpales colaboradores y también Cospedal, que salió y volvió para dar una breve rueda de prensa.