La tregua partidista decretada en el tablero político catalán corre peligro de saltar por los aires en breve. La CUP ha amagado este domingo con romper la unidad ciudadana, institucional y política contra el terrorismo que pretende demostrarse el próximo sábado en las calles de Barcelona. Los anticapitalistas se plantean no secundar la manifestación convocada por el ayuntamiento y el Govern en el paseo de Gràcia si a ella acuden el Rey o Mariano Rajoy.
Los 'cupaires' decidirán, pues, si participan en la marcha para condenar los atentados de Barcelona y Cambrils cuando se sepa cómo se plantea y si la encabeza Felipe VI. El motivo lo ha expuesto la diputada anticapitalista Mireia Boya, quien ha tachado al jefe del Estado de "hipócrita" por acudir a los homenajes en Barcelona mientras mantiene lazos con las monarquías del Golfo Pérsico, acusadas de financiar al Estado Islámico (EI), que se ha atribuido los ataques.
Sociedad civil a la cabeza
En declaraciones a Catalunya Ràdio, Boya ha reclamado a Felipe VI que no asista a la manifestación del día 26, subrayando que debe ser la sociedad civil, y no las autoridades, quien encabece la protesta. "Es una hipocresía enorme que el Rey venga a pasearse por Barcelona cuando está contribuyendo a financiar el terrorismo de cariz islámico", ha aseverado.
Tras dejar claro que el Rey "no es bienvenido" para la CUP, ha reprochado las "relaciones de amistad y económicas" que, en su opinión, mantienen la Monarquía española y las de Qatar o Emiratos Árabes, "que son las que están financiando el terrorismo y dando armas a Daesh". La parlamentaria ha apuntado, además, a una supuesta "operación de Estado para utilizar este atentado contra el independentismo".
Poble Lliure se desmarca
Sin embargo, una de las organizaciones que integran la CUP, Poble Lliure --de la que forma parte el diputado Albert Botran-- difiere de Boya y ha hecho un llamamiento a participar en la manifestación del sábado para demostrar que Catalunya es "un solo pueblo unido, alegre y combativo". En un comunicado, el colectivo también reclama al Govern que los atentados "no diluyan" los preparativos del 1-O.