La 'consellera' de Governació, Meritxell Borràs, ha acusado este viernes al Estado de "colonialista" y de aplicar un "estado de excepción" en Catalunya y ha argumentado que lo evidencian acciones como la querella que la recibido por la compra de 8.000 urnas. "Nos estamos acostumbrando a aceptar actitudes que en cualquier otro país serían motivo de escándalo. Actitudes colonialistas, como si estuviéramos en un estado de excepción, y hay que hacer una reflexión profunda", ha denunciado.

Borràs ha ejemplificado sus palabras y ha acusado al Estado de "manipulación barriobajera de la justicia", "persecución del debate de las ideas", "fractura del principio de inviolabilidad parlamentaria" y "utilización de mecanismos del Estado legales y no legales para ir en contra de una aspiración democrática". 

Tras calificar al Estado de "urnafóbico", por su "miedo a las urnas", la consellera ha asegurado que el Estado tiene una "democracia enferma" por lo que ha recetado al Gobierno "que se tome una tila, que escuche y nos sentemos, porque hay muchas cosas que no se resuelven con una pastilla, sino hablando con el médico y siendo escuchado". 

Pero también ha dejado claro que en Catalunya "hace tiempo que se ha decidido pasar de la queja permanente" y que, ante "un Estado que no solo no rema a favor, sino que en ocasiones va en contra, ha llevado a muchos catalanes a plantearse la dicotomía entre independencia y decadencia, y eso solo puede resolverse votando".