Como ya anunció desde el mismo día que se convocó, Carles Puigdemont no ha viajado a Madrid para tomar parte en la conferencia de presidentes autonómicos que se celebra este martes en el Senado. Se trata de un gesto de indudable significación política, con el órdago independentista en su apogeo, porque lo que está claro es que el presidente de la Generalitat no podría alegar demasiados problemas de agenda. En la agenda oficial que este lunes remitió Presidència a los medios de comunicación solo aparece un acto: la habitual reunión del Consell Executiu de cada martes.
Sin duda se trata de la cita más importante del Govern durante la semana, pero no es menos cierto que en otras ocasiones se ha cambiado de día por circunstancias excepcionales. Incluso hubo una reunión que presidió el vicepresidente, Oriol Junqueras, porque el 'president' se encontraba de viaje fuera de Catalunya. Acabada la reunión, Puigdemont no tiene ningún otro acto oficial en su agenda.
No obstante, fuentes de Presidència aseguran que el jefe del Ejecutivo catalán tiene previstas esta tarde "visitas y reuniones propias de un día normal", es decir, encuentros de carácter privado sin luz ni taquígrafos.
Urkullu, también en la reunión de su Ejecutivo
El posicionamiento del actual lendakari contrasta con el de su antecesor Juan José Ibarretxe, quien no tuvo ningún problema en acudir a la cita durante varios años pese al enfrentamiento que mantenía con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero con motivo de su plan soberanista. Este desplante no concuerda con el talante dialogante de Urkullu, cuyo partido está a la expectativa de una posible negociación con el PP para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado.