El Parlament ha salido este miércoles en defensa de su presidenta, Carme Forcadell, investigada por haber permitido que se votaran las conclusiones de la comisión de estudio del proceso constituyente. El soberanismo amplio, es decir, el independentismo de Junts pel Sí y la CUP, y el 'referendismo' de Catalunya Sí que es Pot se han conjurado para sacar adelante una propuesta de resolución en defensa de la "libertad de expresión" y el derecho de iniciativa de los diputados del Parlament. En las intervenciones ha quedado claro que los 81 votos de estos grupos acudían a la defensa de Forcadell. Ciutadans, PSC y PP han votado en contra.

El texto aprobado afirma que el ordenamiento jurídico "garantiza el derecho de los diputados a debatir, defender sus posiciones y votar" sobre toda cuestión que se ponga encima de la mesa. Ante esto, la función de la Mesa del Parlament no puede ser otra que "amparar" el ejercicio de estos derechos y no coartarlos. La resolución también sostiene que la "imputación penal" de Forcadell constituye una "vulneración de la inviolabilidad parlamentaria y un hecho sin precedentes en la Unión Europea".

Por parte de Junts pel Sí ha sido Lluís Llach el que ha defendido el texto. Llach, que ejerció precisamente de presidente de la comisión de estudio que ha desatado toda la polémica se ha preguntado que cuando se les "sellaría la boca". El principal grupo de la oposición, Ciutadans, ha señalado, vía su portavoz, Fernando de Páramo, que el soberanismo caía otra vez en el "victimismo político".