El PSOE y el PSC negocian la entrada de la exdiputada Teresa Cunillera en la gestora que pilota a los socialistas. En plena tensión a raíz de la investidura de Mariano Rajoy, la probable inclusión de Cunillera en el organismo implica cierto deshielo entre ambas organizaciones. 

Aún quedan flecos por cerrar. Cuando se constituyó la gestora, el pasado 1 de octubre, al final de un tumultuoso comité federal en el que Pedro Sánchez renunció al cargo de secretario general al comprobar que estaba en minoría, se decidió que el PSC no tendría en la dirección interina ningún miembro hasta que celebrase su congreso, en el que fue reelegido Miquel Iceta  Miquel Iceta como primer secretario. Los socialistas catalanes habían sido uno de los principales apoyos de Sánchez, algo que enrareció su relación con quienes ganaron el pulso al exlíder, pero la investidura de Rajoy elevó la tensión. El PSC participó en el comité federal que decidió la abstención ante el líder del PP para después desacatar el mandato al mantener el voto en contra de la reelección de Rajoy. Ante lo que consideran una “violación del protocolo de relaciones” entre ambos partidos, en vigor desde 1978, la gestora ya perfila la salida de los socialistas catalanes de los órganos del PSOE, tal y como avanzó este diario, pero quiere tomarse las cosas con calma. 

La semana que viene, Iceta se reunirá con el presidente de la dirección interina, el asturiano Javier Fernández, quien ha defendido, frente a otras voces en su partido, la necesidad de que el PSC tenga un puesto en el organismo. Ambos dirigentes tomarán allí la temperatura a los vínculos entre sus formaciones. Después, explicaron este martes en la gestora, se iniciará una negociación que quizá desemboque en un nuevo marco de relaciones, que sería aprobado por un comité federal.  

EL PERFIL DE LA ELEGIDA

Fuentes del PSC, mientras tanto, temen una nueva ruptura de la unidad de voto del grupo socialista en el Congreso de los Diputados si el PSOE decide abstenerse en los próximos Presupuestos Generales del Estado, algo que el portavoz, Antonio Hernando, niega por el momento. En ese caso, los siete parlamentarios del PSC votarían en contra, pero Cunillera no estaría entre ellos. Aunque la socialista catalana ocupó su primer escaño en 1979, ya no es diputada. El PSC considera que el hecho de que no esté implicada en las votaciones parlamentarias, unido a su experiencia, contribuyen a que sea la persona idónea para el puesto.