LA INGOBERNABILIDAD DE ESPAÑA

Homs forzará a Rajoy a impulsar la ley que evite votar en Navidad

El PP quería sumarse a la proposición de UPN para no ser el que promueva la reforma

Los conservadores no descartan ahora presentar su propio texto, ante el veto del PDC

Francesc Homs en el Congreso. / JUAN MANUEL PRATS

Si Mariano Rajoy quiere evitar elecciones en Navidad tendrá que mojarse y asumir la paternidad de la iniciativa parlamentaria imprescindible para evitarlo: una reforma de la Ley Electoral que recorte una semana la campaña. Pero el PP no está dispuesto a cargar con la losa que significa abanderar esa propuesta, y ha intentado 'parasitar' una proposición de ley que UPN registró en el Congreso en esa dirección. La maniobra, sin embargo, no tiene visos de prosperar, porque no cuenta con el apoyo del PSOE ni de un grupo clave en la operación, el Partit Demòcrata, de modo que los conservadores no descartan ceder y presentar su propio texto, que podrían tramitar tras el 25-S.

Fuentes del PP aseguran que nada está decidido aún, pero admiten que se reducen las posibilidades de usar la propuesta de los navarros. Como se integran en el Grupo Mixto, no pueden introducir iniciativas hasta el tercer pleno de la legislatura. Pero además, y aquí está el verdadero escollo, UPN tiene que esperar a que le toque turno dentro del propio Mixto. La tradición parlamentaria indica que tiene preferencia la fuerza política con más diputados, que es el Partit Demòcrata. Y según ha confirmado este diario, Francesc Homs no tiene la más mínima intención de ceder su puesto a los navarros para que Rajoy pueda pasar de perfil.

Homs quiere que el líder conservador asuma su responsabilidad. A fin de cuentas, cuando eligió el 30 de agosto 30 de agosto  para el debate de investidura, sabía que un fracaso implicaba elecciones el 25-D, y si escogió esa fecha fue en un último intento de presionar a Pedro Sánchez a una abstención que no llegó. El portavoz del Partit Demòcrata asegura que ni siquiera le han solicitado aún que ceda su turno a UPN, pero es previsible que eso suceda este miércoles. Homs, asegura, se negará y obligará al PP a presentar una iniciativa propia de reforma de la Ley Electoral.

El  PP no tendrá demasiado tiempo. El  trámite parlamentario de urgencia requiere un mínimo de 20 días hábiles. Eso implica que, o bien se acelera y la Junta de este miércoles acuerda llevarlo al pleno del 27 de septiembre, o bien se espera y se incluye en la sesión del 4 de octubre. Después ya no daría tiempo a aprobarlo antes de la disolución de las Cortes, el 30-O, algo inevitable si no hay presidente. 

Aún así, necesitará que el Gobierno informe positivamente. El Ejecutivo tiene 30 días hábiles para enviar ese informe, puede hacerlo el primero (y permitir la reforma) o el último (y bloquearla), aunque esta posibilidad es remota puesto que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ya anunció que no iban a obstaculizarla.

SOLO EN CASOS EXCEPCIONALES

La reducción del periodo electoral no afectaría a todos los comicios a partir de ahora. Se prevé que se ciña a los casos de disolución anticipada de las Cortes ante la imposibilidad de encontrar un presidente y necesidad de vuelta a las urnas. La campaña exprés no sería efectiva para las convocatorias habituales ni para las elecciones anticipadas.

"Una chapuza técnica"

La proposición presentada por UPN que el PP trata de utilizar como escudo tiene, a juicio de los expertos, dos problemas. El primero, que indica que la campaña se reducirá a la mitad. Ahora son 15 días y parece poco operativo que reduzcan a 7 y medio. Lo lógico, sería que se dejase en 7. El segundo, el cómputo total. En realidad, lo importante no es que la campaña se reduzca, sino que el recorte afecte al todo el periodo electoral. Porque si la campaña en vez de ser 15 días son 7 pero no se modifica el total, las elecciones seguirían siendo el 25-D. Para que sean el 18-D es necesario que ese periodo electoral fijado en 54 días se deje en 47 días. Ambos errores técnicos se pueden subsanar en el periodo de enmiendas. Sin embargo, los socialistas consideran que es "una cahapuza técnica" y prefieren que el PP presente su propia proposición y se moje.