Rajoy usa la Navidad para forzar al PSOE a que facilite su investidura

El conservador asegura que "ya está en disposición" y se someterá al debate la última semana de agosto

El PP cede y asume las exigencias de Rivera para empezar a negociar este viernes con Ciudadanos su 'sí'

Mariano Rajoy comparece en el Congreso para anunciar que se presenta a la investidura. / JOSE LUIS ROCA

Mariano Rajoy ha demostrado siempre maestría en el manejo de los tiempos en beneficio propio. Fiel a su estilo, el presidente en funciones ha decidido presentarse a la investidura los días 30 y 31 de agosto, en la primera la votación que requiere mayoría absoluta, y el 2 de septiembre, que precisa de mayoría simple. La jugada del presidente consiste en que si fracasa en su intento y los sucesivos, si es que los hubiera, la ley fija que las terceras elecciones se celebrarían el día de Navidad. Una jornada completamente atípica, con buena parte de los españoles fuera de sus domicilios y por tanto de sus lugares de votación, para compartir la jornada con sus familiares y allegados. Todo un as en su manga para seguir presionando al PSOE a que facilite su reelección, si no quiere que España termine un año político aciago votando de nuevo y el 25 de diciembre.

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, anunció el calendario después de que Rajoy, tras reunirse por cuarta vez con Albert Rivera, manifestara que ahora sí está "en disposición de acudir a la sesión de investidura". El presidente mantuvo el mantra que repite desde enero de que a un debate de estas características "no se puede ir cuando no se tiene la certeza absoluta" de salir airoso, pero tampoco ofreció datos que permitan pensar que más allá del posible apoyo de los 32 diputados de Ciudadanos y del parlamentario de Coalición Canaria, dispone de los puntales suficientes. El PSOE mantiene su voto negativo y los partidos nacionalistas no parecen dispuestos a hacerle el favor.

Rajoy, de hecho, reconoció que intentará ponerse de nuevo en contacto con Pedro Sánchez para pedirle su "colaboración" o, de lo contrario, que el líder de los socialistas plantee "la alternativa que considere". El presidente, según difundió este jueves la Moncloa, intentó pactar con Sánchez la fecha de la investidura pero el socialista declinó la invitación y trasladó al líder del PP que su obligación era someterse a la Cámara baja, un compromiso que Rajoy lleva rehuyendo desde que hace 21 un días el Rey le propuso como candidato.

LAS CESIONES

El jefe del Ejecutivo cedió por tanto ante las presiones de Sánchez y Rivera para que atendiese a su obligación. Asimismo, aceptó rubricar las seis exigencias que impone Ciudadanos como paso previo a la apertura de una negociación que desemboque en el voto favorable de la formación naranja. Algo que no estaba claro después de que Rajoy no sometiese a aprobación del comité ejecutivo del PP, el pasado miércoles, los requisitos naranjas. Los portavoces parlamentarios de ambas formaciones firmarán este viernes el llamado por C’s 'pacto anticorrupción', que incluye una comisión de investigación sobre la financiación del PP y que los imputados por corrupción sean apartados, y justo después se iniciará el diálogo, tras la designación de los equipos negociadores.

Pero las cesiones de Rajoy tenían truco. Pastor justificó la elección del calendario en que "la inmensa mayoría de los españoles" quiere que el país tenga un Ejecutivo "lo antes posible". Cierto es que los ciudadanos están cansados del bloqueo y también es verdad que Bruselas presiona para que haya pronto un gobierno que apruebe medidas que contemplen la contención del déficit marcada, pero también que la fecha tiene ventajas para Rajoy. Así, le sirve para meter atenazar aún más al PSOE y desafiarle a que, si persiste en su ‘no’ envía a los españoles a votar en Navidad. Un argumento que empezaron a replicar este jueves cargos del PP en las redes sociales.

Y además, tirando ya de posibles pronósticos electorales, el sector de población más mayor y que vive en las áreas rurales, uno de los principales nichos de votos del PP, es precisamente el que menos se desplaza en estas fechas, mientras que el electorado urbano y de corte más progresista sí suele viajar y por tanto tendría más difícil acercarse a las urnas, salvo que optara por el voto por correo. Un motivo más para que los socialistas mediten su actuación en los próximos meses. 

Llamadas y reproches

Aseguran en el PP que la intención de Mariano Rajoy era consultar con Pedro Sánchez la fecha de investidura antes de tomar una decisión definitiva y hacerla pública. Alegan que lo ha intentado porque, si no sale nombrado presidente, las posibilidades de terceras elecciones se disparan y porque esta vez las generales podrían coincidir con el día de Navidad. El jefe de Gabinete de los conservadores, Jorge Moragas, contactó con su homólogo socialista el martes por la noche, y el miércoles por la mañana hablaron por teléfono. José Manuel Serrano le transmitió entonces que el orden debía ser inverso: Sánchez prefería que el candidato eligiese una fecha, la hiciese pública y sería entonces cuando accedería a reunirse con Rajoy.   La decisión del líder del PSOE  ha levantado ampollas en el PP, que ha salido a afear la actuación socialista. Recuerdan que cuando Sánchez se presentó a la investidura, pidió verse con Rajoy y este accedió, en una reunión que se celebró el 12 de febrero en el Congreso.