Pedro Sánchez busca conjurar la espiral de tensión que atenaza al PSOE y que aumenta con cada paso de acercamiento entre PP y Ciudadanos. Tras dos semanas de silencio público, reaparece este miércoles y reúne a su cúpula, en el Congreso, con la evidente voluntad de marcar posición y complicar las maniobras de los socialistas que tratan de inocular la idea de una abstención ante la investidura del líder conservador. Ese sector ya ha admitido estar a la espera de que Albert Rivera comprometa un voto positivo y que sería entonces cuando las propias filas del PSOE redoblarían la presión a su secretario general para que permitiese, 'in extremis', la gobernabilidad.

El mensaje de Sánchez este miércoles ha de leerse en esa clave interna de freno a los abstencionistas, pero no solo. También busca explicitar ante la opinión pública que no está dispuesto a dejarse arrollar por la presión de posibles avances en las negociaciones, y se mantiene firme en la negativa a apoyar a Rajoy, aunque el acuerdo entre PP y C's necesite solo 7 votos más para ser efectivo (sumarían 169 y la mayoría se sitúa en 176). 

Sánchez vuelve de vacaciones en el día clave. Ha fijado su encuentro a mediodía, prácticamente a la misma hora (doce y media) en la que el comité ejecutivo del PP se reúne para 'autorizar' a Rajoy a emprender negociaciones formales con Rivera. Si todo sucede según lo previsto, el presidente en funciones saldrá de esa cita dispuesto a llamar a Rivera para convocarle a una reunión esta semana y trasladarle una fecha de investidura (que podría situarse en la última semana de agosto o los primeros días de septiembre). 

CITA A LOS AFINES

Sánchez no podía permitirse quedar expulsado del pulso político exponiéndose a las críticas de inacción por más tiempo, y convoca a sus dirigentes más afines, que forman parte de la comisión permanente (miembros de la ejecutiva federal y la dirección del grupo en el Congreso). Es decir, no acudirán a la cita los 85 diputados, sino su núcleo de confianza. Fuentes del PSOE confirman que en ese encuentro ratificarán el 'no' a Rajoy, como aprobó por unanimidad el comité federal el pasado mes de julio, a pesar de las opiniones en pos de la abstención que han sugerido los barones de Extremadura, Asturias y Aragón. 

La reunión en Madrid llega después de las declaraciones del primer secretario de los socialistas catalanes, que pareció abrir la puerta a una abstención si el PP reemplazaba a Rajoy por una nueva cara. Tras algunos matices y concreciones, Miquel Iceta aseveró que lo que trataba de hacer es invalidar la idea de que solo hay dos opciones. "Me niego a aceptar la disyuntiva que plantea el PP de 'o Rajoy o elecciones'. Si Rajoy no tiene apoyo suficiente, hay distintas posibilidades a explorar. Hay tres posibilidades: otro candidato del PP, el candidato del PSOE o un independiente", señaló. No tardaron en responderle desde las filas conservadoras: el líder del PP no se toca.