El mismo día en que el presidente del Congreso, Patxi López, entregó al Rey la lista de los representantesRey  de las 14 formaciones que el Monarca recibirá a principios de la semana próxima, en el último intento de Felipe VI para encontrar un candidato con votos suficientes para someterse a la investidura, Albert Rivera se descolgó con una propuesta para desbloquear la situación: se ofreció a dar un “paso atrás” y pidió a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez que hagan lo mismo para buscar así, ‘in extremis’, un pacto entre el PP, el PSOE y Ciudadanos. Su propuesta no pasó de ser un mero conato puesto que él la lanzo en una aparición televisiva, sin ninguna formalidad, y sus homólogos ‘invitados’ a relegarse rechazaron rápidamente y sin miramientos la iniciativa.

El propio Rivera auguró que, dada la situación interna tanto en las filas populares como socialistas, su sugerencia caería en saco roto. Aún así, en una entrevista en Tele 5, se mostró convencido de que la legislatura no arranca por un problema de “personalismos”, en referencia al rechazo mutuo entre Rajoy y Sánchez la animadversión de C’s al líder del PP, y no por un conflicto en los “contenidos”. Por eso propuso forjar un Ejecutivo “con menos tinte de partido y más tinte de país”, con ministros “de consenso” y liderado por un “independiente y con valía”, que a su juicio podría pertenecer a alguno de los tres partidos. “Si los líderes somos el problema, demos un paso atrás. Me pongo el primero”, reflexionó.

En este contexto, abogó porque en el tiempo de descuento que resta hasta que el 3 de mayo se disuelvan las Cortes y se convoquen nuevas elecciones si no hay acuerdo, los negociadores de los tres partidos constitucionalistas se sienten a hablar para convenir una serie de reformas que podrían ser ejecutadas por un gobierno “trasversal, moderado y de transición”. En su opinión, dicho gabinete debería alumbrar un pacto nacional por la educación, la reforma de la ley electoral, un acuerdo anticorrupción o la modificación de la Constitución.

LAS REACCIONES

Lejos de sentirse aludidos, tanto Rajoy como Sánchez desdeñaron la propuesta de Rivera. El líder del PP, en una conversación informal con periodistas, simplemente invitó al presidente de Ciudadanos a dar él, “en primer lugar”, un paso atrás, como si no creyera al dirigente ‘naranja’ dispuesto a ofrecer su cabeza a cambio del acuerdo. Y otros populares hicieron el trabajo de salir en tromba a denostar el “desvarío” o la nueva “ocurrencia” de Rivera. La tesis del PP es que C’s, con este movimiento, solo pretende "esconder" su pacto de gobierno con Sánchez en víspera electoral, para que dicha alianza no le pase factura en la previsible cita con las urnas.

Sánchez fue más suave con su socio en la última etapa pero dejó claro que España no necesita “tecnocracia” sino “política con valores y con corazón”, como en su opinión contiene el acuerdo entre el PSOE y C’s.