El magma preelectoral comenzó a discurrir este martes en el hemiciclo del Congreso, ajeno a los discursos teñidos de buenismo de los partidos, que en público se aferran a un resquicio de esperanza en tiempo de descuento, aunque internamente se preparan para el 26-J 26-J. Ante ese horizonte de vuelta a las urnas, el Parlamentó dejó una imagen inédita en la historia de la democracia española. La bancada azul del Gobierno vacía, mientras los líderes de la oposición sometían a los ausentes a una sesión de control kafkiana, alejada de su formato habitual. Ni Mariano Rajoy ni sus ministros estuvieron presentes en el debate. Ni siquiera acudieron al final del pleno a votar. Y sus escaños permanecieron vacíos también al final, cuando llegó el turno del control. En una atmósfera de incredulidad, los representantes de la oposición sustituyeron las preguntas por una intervención de tres minutos, que convirtieron en un mitin electoral de azote al PP. 

Pedro Sánchez cedió su turno al portavoz parlamentario socialista, que lanzó un duro alegato contra Rajoy y pidió elegir a un "presidente que sea decente, respete las instituciones y dé la cara". Antonio Hernando consideró que la imagen de la bancada azul vacía es el "epitafio" para un jefe de Gobirno que manda sustitutos a los debates electorales y comparece por plasma. Pablo Iglesias acusó al Ejecutivo de eludir un compromiso establecido por ley como adolescentes de instituto. "Pido a los señores del gobierno que dejen de hacer pellas y respeten la Constitución y las leyes", reclamó. Albert Rivera se mostró convencido que la sesión de ayer pone fin a una etapa." Vamos a tener nuevo Gobierno, no sabemos quien será presidente, pero habrá un nuevo Gobierno de España que dé la cara", auguró.

En defensa del PP, José Antonio Bermúdez de Castro, adujo que ningún gabinete en funciones ha comparecido jamás y puso como ejemplo los casos de los parlamentos autonómicos en Andalucía y Catalunya. Su intervención, que cerró el pleno, fue aplaudida por los diputados conservadores que le rindieron una ovación y se pusieron en pie. 

No será el último plante de Rajoy. El presidente en funciones tampoco tiene previsto comparecer por el ‘caso Soria’, a pesar de que el Congreso aprobó este martes tramitar esa solicitud.

SINTONÍA EN EL VOTO

Más allá de los encontronazos contra el PP, el Congreso volvió a evidenciar la paradoja de las sintonías cuando las negociaciones están en vía muerta mientras el calendario corre hacia el 3 de mayo. PSOE, Podemos y C’s no han sido capaces de tejer un acuerdo de gobierno, y sin embargo, este martes se apoyaron significativamente en las votaciones. El entendimiento entre Sánchez, Iglesias y Rivera se hizo visible en el debate de la proposición no de ley sobre lucha contra el fraude y reforma fiscal presentada por el PSOE y que utilizaron para atizar a Rajoy, especialmente a cuenta del ‘caso Soria’.

Además, los socialistas, el partido morado y Democràcia i Llibertat también apoyaron la proposición de ley de ERC en la que se insta al Gobierno a que modifique la ley electoral para rebajar a los 16 años la edad mínima para ejercer el derecho al voto.  “Si con 16 años el Estado te permite casarte, debe permitirte votar. No hacerlo es de una enorme hipocresía derivada del miedo a la capacidad contestataria de una generación”, advirtió el portavoz Gabriel Rufián.  A pesar de apoyar la iniciativa, los socialistas lamentaron que quedará en papel mojado si las fuerzas del cambio no logran un acuerdo ‘in extremis’ que evita la repetición de elecciones.