JxSí y la CUP buscan la fórmula para aprobar la moción rupturista

A 48 horas de que el Parlament vote la moción de la <strong>CUP </strong>que insta a acelerar la ruptura con España, Sergi Sabrià, portavoz de ERC, estaba convencido de que se aprobaría. Pese a reconocer la buena sintonía con los republicanos, los anticapitalistas no lo tenían tan claro. “Hay un partido que tiene una posición más próxima a la nuestra, pero Junts pel Sí es una coalición y no hay una única voz”, recordaba Benet Salellas. Aunque los 'cuperos' siguen resistiéndose a "descafeinar" su propuesta, CDC espera dar con la fórmula que permita poder modificar una moción con aristas espinosas. La fórmula podría pasar por votar de manera separada los puntos en los que no haya acuerdo.

El objetivo de la moción de la CUP es relanzar el proceso secesionista y obligar a Junts pel Sí a mover ficha."Queríamos buscar marcar el rumbo de la legislatura y no continuar en la sensación de que el proceso se ha estancado", explicaba Salellas en Catalunya Ràdio. Pese a las tiranteces que ha generado esta propuesta en la relación entre las distintas fuerzas soberanistas, desde las filas republicanas se espera que "la unidad independentista salga reforzada" tras esta moción para la que han preparado enmiendas. A pesar del optimismo del portavoz de ERC, en la reunión de los lunes entre JxSí y la CUP no se llegó a ningún pacto, por lo que los partidos deberán seguir trabajando para evitar volver a perder una votación parlamentaria. Salellas, después de recordar que "es insólito que un partido como la CUP, que es anticapitalista, dé apoyo a un partido a un Govern en el que está CDC", advertía que si no se aprueba su moción "pasarán cosas". CDC sigue negándose a poner a los Mossos d'Esquadra en la encrucijada de cometer una ilegalidad mientras que para la CUP este es un punto innegociable.

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DIVERGENCIAS SOBRE LA MESA

Las divergencias en el seno de Junts pel Sí se han vivido desde el momento en el que la moción de la CUP fue debatida en la Mesa del Parlament. En el acta de la reunión, a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y el vicepresidente primero, el convergente Lluís Corominas, ya dejaron claras las dudas que generaba en JxSí, al señalar que "la moción podía entrar en contradicción con la sentencia del Tribunal Constitucional", que declaró ilegal la resolución del 9-N. En este sentido advertían que si no había modificaciones de la moción la Mesa plantearía votar en el pleno retirarla del orden del día. Algo que finalmente parece que la Mesa no planteará, igual que difícilmente aceptará este martes las peticiones de reconsideración presentadas por C’s, PSC y PPC.