El presidente local de Unió en Girona, Jordi Fàbrega, ha lamentado hoy el "ridículo político" que, a su juicio, se ha hecho en el Ayuntamiento de Girona, después de que el alcalde, el convergente Albert Ballesta, se haya quedado sin sueldo por falta de acuerdo con otros grupos políticos.
Convergència y Unió se presentaron como federación en las pasadas elecciones municipales, pero todos los representantes de la formación democristiana han abandonado su militancia para pasar a Demòcrates de Catalunya. Jordi Fàbrega, después de que su partido solicitase que estos concejales se convirtiesen en no adscritos, critica ahora "la gestión del equipo de gobierno, formado por Convergència y Demòcrates".
El dirigente democristiano entiende que Girona se ha convertido "en el hazmerreír de la política catalana" y considera a la ciudad y a sus vecinos como "los grandes perjudicados". "Una minoría como la que tiene en estos momentos el gobierno de Girona requiere de mano tendida, negociación, diálogo y consenso", ha señalado el presidente local de Unió, quien subraya que su formación "nunca hubiera llevado la situación a un límite como éste".
Uno de los partidos que rechazó el sueldo de Albert Ballesta y la reorganización municipal que proponía en el pleno de ayer, la CUP, ha cargado también hoy contra el alcalde. Ballesta aseguró a la concejal Laia Pèlach que si los votantes leyeran su programa electoral "quizá no les votarían tanto" y que su propuesta de cartapacio era "un insulto a la inteligencia".
La CUP, a través de un comunicado, ha solicitado al alcalde que rectifique esas palabras por considerarlas "una falta de respeto" a su electorado "y a toda aquella gente que no está de acuerdo con el aumento de sueldo que plantea", que en un principio era de 75.000, aunque ayer lo recortó 68.500 euros brutos anuales.