Rajoy pide no dramatizar la corrupción en otro día negro para el PP

Grau, exmano derecha de Barberá, detenido por cohecho y puesto en libertad con cargos

Camps, acusado de ser el 'recaudador' de la caja b, denuncia un "linchamiento" contra él

El líder del PP, Mariano Rajoy, este lunes con el vicesecretario de organización, Fernando Martínez-Maillo, en el comité ejecutivo del PP.  / JOSÉ LUIS ROCA

De nuevo el PP ha sufrido un lunes negro, bombardeado por el reguero de investigaciones que afectan a varios de sus dirigentes. A primera hora, la Guardia Civil detuvo a Alfonso GrauAlfonso Grau, exmano derecha de Rita Barberá, quien sigue encerrada en su casa para no dar explicaciones sobre las sospechas de financiación ilegal que recaen sobre el PP de la capital valenciana. Grau, acusado de un delito de cohecho, fue puesto en libertad con cargos y podrá acudir este martes a la reanudación del juicio del 'caso Nóos', en el que está procesado. Al mismo tiempo, el expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps se vio forzado a dar explicaciones después de que la cadena SER difundiera que era el 'recaudador' y el nexo con la caja b nacional del partido. En medio de todo, se difundió que el instituto armado investiga al eurodiputado Santiago FisasSantiago Fisas, en este caso por su presunta relación con la operación 'Púnica' en Madrid.

Un suma y sigue que sacudió al comité ejecutivo del PP donde Mariano Rajoy pretendía tranquilizar a los suyos ante el incierto escenario de pactos poselectorales, una coyuntura en la que la corrupción no contribuye precisamente a mejorar sus escasas opciones de repetir como presidente del Gobierno. La reunión venía motivada por la necesidad de ratificar la gestora que llevará las riendas en el PP de la ciudad de Valencia y de nombrar el organismo homólogo, dirigido por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que hará lo propio en el PP regional tras la marcha de Esperanza Aguirre, quien sí ha dado un paso atrás --sin renunciar al acta de concejal-- para asumir responsabilidades por los delitos cometidos por personas que fueron de su confianza.

LA CONFESIÓN DEL PORTAVOZ

En este contexto, sin mencionar ningún caso en concreto, Rajoy pidió serenidad a los suyos y les instó a que no se dejen llevar la “histeria”histeria, como él tampoco lo hará a la hora de decidir a quién apartar. El presidente subió el tono contra la corrupción, señaló que ha sido “letal” para su partido, pero también se puso a la defensiva y rechazó que el resto de partidos intenten “sepultarles”. Nadie le replicó. Al término, el portavoz popular, Pablo Casado, se confesó con la prensa. Dijo estar “hasta las narices” de una “pesadilla” que le obliga a defender día sí, día también, las siglas manchadas por “cuatro golfos”.

En plena conmoción, el ministro del Interior sacó a la palestra la teoría de la conspiración de todos contra el PP. Jorge Fernández Díaz aseveró, en una entrevista, que “le llama la atención" que las investigaciones solo afecten al PP en un momento político "delicado" y que, por norma general, no cree "en la espontaneidad ni en la casualidad". En la misma línea, Camps, negó las acusaciones y se mostró “harto” del “linchamiento” que sufren él y su partido. En tiempos difíciles, el expresidente valenciano puso la mano en el fuego por Barberá, informa Laura L. David.