Pedro Sánchez y Albert Rivera evidenciaron este jueves su sintonía, personal y política, durante la reunión de cerca de una hora y media en el Congreso de los Diputados para explorar un posible pacto de gobierno. Los líderes del PSOE y Ciudadanos admitieron que el acuerdo todavía está lejos, y el partido naranja volvió a dejar claro que quiere que el PP participe en un hipotético pacto en el que no quiere a Podemos, mientras los socialistas rechazan un acercamiento a los populares y buscan el apoyo de Pablo Iglesias, pero uno y otro se elogiaron mutuamente, acordando los cinco ejes sobre los que basarán sus conversaciones.

Las negociaciones de verdad, más allá de esta primera toma de contacto, comenzarán este viernes (día en el que el secretario general del PSOE se reunirá también con su homólogo de Podemos) a través de los equipos de los dos partidos. Los asuntos sobre los que dialogarán serán, en primer término, el empleo y la lucha contra la corrupción, materia que los socialistas quieren priorizar porque consideran que tienen muchos puntos en común con el resto de fuerzas. Este enfoque les permitiría comenzar las conversaciones con buen pie, para que estas cojan impulso. Después, ambas partes tratarán los esfuerzos frente a la desigualdad, las políticas europeas y la reforma de la Constitución, con especial énfasis en el proceso independentista catalán.

Aquí hubo un nuevo punto de unión. Un día después de que Junts pel Sí y la CUP iniciaran los trámites para aprobar sus leyes de “desconexión” con España, tanto Sánchez como Rivera, el primero en un tono muy duro, pidieron a Mariano Rajoy que, como presidente en funciones, consulte cada uno de los pasos que vaya a dar el Ejecutivo central.

SIN "POSICIONES MAXIMALISTAS"

Rivera salió del encuentro con optimismo, y se mostró convencido de que las “posiciones maximalistas” van a fracasar. “No va a ser fácil, pero tengo esperanza”, explicó. El presidente de Ciudadanos considera que existe margen para llegar a un pacto con el PSOE al que se puedan sumar otros partidos, pero sigue convencido de que es prácticamente imposible una suma con Podemos, por las contrapartidas que entiende que exigiría la fuerza morada a cambio de dar su apoyo a Sánchez. Aun así, negó que establezca un cordón sanitario frente a Iglesias y admitió que es posible llegar a entendimientos con él en materias como la regeneración democrática y la reforma de la ley electoral. 

Con una posición algo más moderada respecto a sus líneas rojas en los pactos tras reunirse con Sánchez, el líder de Ciudadanos volvió a mostrar su perfil de mediador para  sumar a los populares. “No va a haber acuerdo si PSOE y PP no abandonan su guerra fría”, argumentó.

"ESPACIOS DE ENTENDIMIENTO"

“He encontrado en Rivera buena disposición para sacar a España del bloqueo. Hay espacios en los que el PSOE y Ciudadanos se pueden entender. Hemos hablado de lo que nos une, de soluciones y no de sillones, para que España tenga cuanto antes un Gobierno”, dijo Sánchez, dejando abierta la puerta a un Ejecutivo de coalición, algo que reclama Podemos para sellar un pacto con el PSOE.