Ballesta asume la alcaldía de Girona entre un aluvión de críticas de la oposición

El sustituto del 'president' ha tenido que oír pullas como "fraude a la democracia"

Albert Ballesta, con la vara de mando tras ser nombrado nuevo alcalde de Girona. / ICONNA / GLÒRIA SÀNCHEZ

El nuevo alcalde de Girona, Albert Ballesta, ha empezado el pleno en el que se tenía que aprobar su nombramiento sentado en el banco del público porque hasta este viernes no era regidor. Iba de número 19 en la lista que encabezó el año pasado Carles Puigdemont, actual presidente de la Generalitat, y, por lo tanto, antes de asumir la alcaldía ha tenido que prometer el cargo como concejal.

Su nombramiento, una apuesta personal del nuevo ‘president’, solo ha sido posible tras una retahíla de renuncias. Nueve regidores han tenido que declinar postularse como alcaldes y entre el número 11 y el 17 de la candidatura han rechazado incorporarse como ediles al pleno municipal para que Ballesta pudiera ser escogido.

TENSIÓN INTERNA

Esta carambola de ingeniería política, que ha tardado diez días en fraguarse y ha levantado ampollas en el seno del grupo municipal convergente, ha sido duramente criticada por todos los portavoces de la oposición, que la han calificado, entre otras pullas, de “fraude a la democracia”, “engaño”, “juego de sillas”, “espectáculo de guardería”, “designación a dedo”, “capricho de Puigdemont”, “falta de respeto a los ciudadanos y la institución” y de “jugada de partido” que ha dado como resultado “un alcalde tocado y caducado”.

En su primer discurso ante el pleno, y a pesar del chaparrón de críticas que le han caído desde todas partes, el nuevo alcalde de Girona (el cuarto desde la reinstauración de la democracia) ha rechazado contestar a todas las acometidas y ha optado por resumir las principales líneas de actuación marcadas en el programa que ya presentó en su día Carles Puigdemont.

LA FÓRMULA DE LA AMI

Una vez prometido el cargo, sin pronunciar las palabras prometo o juro y con una fórmula que ya emplearon los alcaldes de la Associació de Municipis per la Independència (AMI), en la que se ha puesto a disposición del 'president’ y del Parlament para “ejercer el derecho a la autodeterminacón” de Catalunya y “proclamar con todas las instituciones el Eestado catalán libre y soberano”, Ballesta sí se ha referido a las críticas de los partidos en unas breves declaraciones a los periodistas.

El nuevo alcalde se ha limitado a señalar que ese derecho a la libre expresión “es precisamente la grandeza de la democracia”. Ballesta ha insistido en que se siente “legitimado” para ejercer el cargo y ha recordado que el sistema electoral vigente se basa en listas cerradas y bloqueadas “en las que cualquiera de los candidatos puede ser alcalde”. Ballesta ha sido elegido con los 10 votos de su grupo municipal, mientras que 14 ediles de la oposición (todos salvo el del PP) han emitido votos nulos con la frase “Girona vol democràcia”.

De Interior a la alcaldía

Albert Ballesta Tura nació en Figueres en 1961 pero vive en la capital gerundense desde hace más de 20 años. Licenciado en Derecho y Máster en Gestión y Dirección de Empresas por la Universidad de Girona, ejerció como secretario municipal en los ayuntamientos de Cadaqués, Portbou y Cassà de la Selva durante casi una década. Tras pasar una larga temporada como gerente del Consell Comarcal de la Selva, en 1998 ocupó el cargo de jefe del servicio de administración de la Región Policial de Girona de los Mossos y en el 2011 fue nombrado director de los servicios territoriales de la Conselleria d’Interior en Girona, cargo que desempeñaba en la actualidad. Su militancia política se inició en 1981, cuando se afilió a las Juventuds Nacionalistes de Catalunya (JNC) y en estos momentos es vicepresidente de la ejecutiva local de Convergència en Girona.