Sánchez abre otro frente con los barones por el préstamo de senadores a ERC y DLL

Fernández Vara califica de "incomprensible" la decisión y federaciones como la andaluza o la aragonesa también se distancian

El Gobierno y el PP acusan al líder del PSOE de forjar alianzas para llegar a la Moncloa "a cualquier precio"

El líder del PSOE, Pedro Sanchez, y el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, el pasado verano. / AGUSTÍN CATALÁN

Después de unas semanas de calma en el PSOE, la decisión del partido de prestar cuatro senadores ERC Democràcia y Llibertat (DLL) para que ambos puedan formar sendos grupos parlamentarios en el Senado ha despertado el malestar de los barones territoriales más críticos con el liderazgo de Pedro Sánchez.

De poco sirvió que el portavoz socialista en el Senado, Oscar López, se esforzara este viernes, desde primera hora, en explicar que la cesión de parlamentarios es una práctica habitual en la Cámara alta, un gesto de “cortesía” que no responde a ninguna negociación de Sánchez sobre el futuro gobierno, como se ha encargado de agitar el PP. Barones como el extremeño, el aragonés o el valenciano expresaron, con mayor o menor vehemencia, en público sus reticencias a la decisión, a unos días del comité federal (que se celebrará el 30 de enero) en el que se decidirá la fecha del próximo congreso destinado a ratificar a Sánchez o a elegir un nuevo líder.  

El más contundente fue Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, quien consideró “inexplicable” que su partido haya prestado senadores a partidos que “están trabajando para irse de España”. “La dirección ha tomado esa decisión y yo la asumo, pero no lo entiendo”, aseveró.

“AYUDAS INDESEABLES”

En la misma línea, el aragonés Javier Lambán tachó de “indeseable cualquier tipo de colaboración con los partidos independentistas” y abogó por “erradicar de forma definitiva” la cesión de parlamentarios entre fuerzas políticas. Y, de forma más suave, el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, señaló que estas ayudas son “anómalas”. Mientras tanto, el portavoz parlamentario del PSOE en Andalucía, Miguel Jiménez, evitó respaldar una decisión que, según fuentes de la federación andaluza, ha causado malestar en el entorno de Susana Díaz.

Pese a estos distanciamientos, el miércoles, cuando la decisión se debatió en el Senado, ningún parlamentario expresó reproche alguno. Quizá los presentes no calcularon que el PP y hasta el Gobierno en funciones aprovecharían el gesto socialista para meter presión a Sánchez e intentar, de paso, causar división en su partido, con la vista puesta en debilitar a él y a su negativa a facilitar que Mariano Rajoy sea reelegidoMariano Rajoy presidente.

EL INICIO DE “LA RUPTURA DE ESPAÑA”

Todos a una, los populares pusieron en práctica un 'argumentario' interno conservador en el que se acusa al líder del PSOE de prestarse a “iniciar la ruptura” con España con tal de llegar al poder. El portavoz parlamentario, Rafael Hernando, señaló que Sánchez está “desesperado” y pretende forjar alianzas “al precio que sean”. Y la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, ejerciendo como tal tras el Consejo de Ministros, no tuvo reparos en tachar la ayuda a ERC y DLL de “incomprensible” y “malísima”, además de preguntarse “a qué está dispuesto a prestarse” Sánchez para ser investido.

También Ciudadanos criticó la “cesión” socialista. Hasta la alcaldesa de Barcelona, Ada Colaucargó contra el “cinismo” socialista cinismopor ayudar al independentismo mientras impide que los satélites territoriales de Podemos tenga grupos parlamentarios propios en el Congreso. 

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Unas advertencias que no frenan a la Generalitat. La CUP propuso en la junta de portavoces del Parlament una comisión legislativa de Transición Nacional i Procés Constituent que contó con el apoyo de Junts pel Sí, pero sin el respaldo del resto de grupos. El PP, el PSC y Ciutadans señalaron que no tenía que haber ninguna comisión sobre este tema, ni de estudio ni legislativa mientras que Sí que es Pot aceptaría que fuera de estudio.