El PSOE rechazó este martes con rotundidad la gran coalición que poco antes había propuesto el presidente en funciones, Mariano Rajoy, con los socialistas, Ciudadanos y el PP para garantizar la gobernabilidad de España. La tradición marca que sea el secretario general quien replique al jefe del Ejecutivo, pero Pedro Sánchez, en la cuerda floja por la presión de los barones más importantes del partido para relevarle, delegó en su número dos, César Luena, como ya hizo el día después de las elecciones generales. “Rajoy es imposición y pasado; España necesita grandes acuerdos”, dijo el secretario de Organización de los socialistas.

Luena no se movió del ya anunciado voto en contra de la investidura de Rajoy o cualquier otro candidato de los populares. La posición de los socialistas es que es el PP, como ganador de los comicios, quien tiene la iniciativa para formar gobierno, pero que si no lo consigue ellos buscarán un acuerdo con Podemos y otras fuerzas políticas, la mayor parte de corte independentista o soberanista, para que Sánchez llegue a la Moncloa. La línea roja que pone el PSOE, aprobada el domingo en un tenso comité federal, es que cualquier partido debe renunciar previamente a una consulta vinculante en Catalunya sobre la independencia (algo que reclama la organización liderada por Pablo Iglesias) si quiere sentarse a hablar.     

"COHESIÓN SOCIAL E IGUALDAD"

“Rajoy forma parte del pasado de este país. Es inmovilismo  e imposición. Él y su partido están muy próximos a la corrupción. Este país necesita cohesión social e igualdad, y Rajoy es lo contrario”, argumentó Luena. “El tiempo en España está para grandes acuerdos, para un trabajo digno y con derechos, para recuperar el Estado del bienestar, para defender un sistema público de pensiones sostenible a medio y largo plazo, para regenerar la democracia, para forjar un gran acuerdo social y político para reformar la Constitución. Para eso está España. No está para lo que ofrece Rajoy”, continuó el secretario de Organización.

Un día después de que los principales líderes territoriales del PSOE abrieran una crisis de liderazgo en el partido y pidieran un congreso a comienzos de año para relevar a Sánchez, Luena insistió en que la dirección ganará la batalla. El cónclave de los socialistas, al que se presentará el actual secretario general para ser reelegido, se celebrará en primavera, para no interferir con las sesiones de investidura a la Presidencia del Gobierno, repitió varias veces, con mucha seguridad, el secretario de Organización. Nadie sabe cómo acabará esta guerra, pero por el momento uno de los dirigentes que empujaban hacia un congreso cuanto antes para cambiar la dirección se ha apeado del tren. El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, muy cercano a la andaluza Susana Díaz, cambió de posición y dijo a Europa Press que los planes temporales de la dirección le parecían "razonables".