Demòcrates de Catalunya (DC), el partido formado por el sector soberanista escindido de Unió, se ha desvinculado del nuevo proyecto que planteó este domingo Artur Mas de un fuerza que sustituya a Convergència Democràtica de Catalunya y que, además de alejarla de la sombra de la corrupción, la ayuden a conjurar unos adversos resultados electorales que van a peor en cada cita con las urnas.
Mas abrió las puertas de este nuevo partido a liberales, socialdemócratas y socialcristianos --social-liberal y sociacristiano son las etiquetas elegidas por DC para definirse-- y el número dos de CDC, Josep Rull, ha fijado este lunes el 'target' de la nueva CDC en la "gente moderada" y "de orden" para conseguir atraer "a gente de estos entornos hacia la propuesta de un Estado independiente".
En un comunicado, el partido impulsado por Antoni Castellà, Núria de Gispert y Joan Rigol, entre otros, considera que Democràcia i Llibertat, la coalición que integran junto a CDC y Reagrupament, es un mero instrumento ("excepcional y puntual) para concurrir a las elecciones generales del 20 de diciembre, dado que la fórmula de Junts pel Sí no pudo reeditarse. Y añade que la creación del nuevo Estado catalán debe de llevarse a cabo "desde la soberanía de cada uno de los partidos".
Por si este punto no fuese lo suficientemente claro, el partido de Castellà desea a CDC un proceso de refundación "exitoso en beneficio de la pluralidad política del nuevo país".