Albert Rivera se sabe centro de debate y preocupación en las sedes del PP y el PSOE y este martes ha continuado exhibiendo equidistancia, como quien se ve por encima del bien y del mal porque el viento electoral lo lleva en volandas. "Que se centren en debatir sobre los problemas de los españoles, el paro, la corrupción... y no en debatir sobre Ciudadanos", ha aconsejado a los dos grandes partidos. Según el líder de la fuerza naranja, la gente está premiando la actitud de su partido de "no entrar en el juego" de socialistas y populares y de desterrar la idea de "rojos y azules", que en su opinión es "cansina y anticuada".

"Me da igual lo que diga (José María) Aznar", ha zanjado Rivera respecto de los dardos del expresidente a Mariano Rajoy de que Ciudadanos se está haciendo con su lugar en el centroderecha. "En las crisis del PP y el PSOE no meto", ha afirmado. Pero a renglón seguido se ha jactado de que sus rivales discuten incluso internamente a la hora de situarlos en una franja ideológica u otra. "Si hablan de nosotros es porque saben que podemos ganar" mientras "ellos pierden votos cada vez que se abren las urnas", ha presumido en rueda de prensa.

En esa comparecencia ante los medios de comunicación, Rivera ha atacado al Gobierno central por sus "presupuestos fantasma" ahora enmendados por la Comisión Europea. "No es serio dejarnos atadas las manos a los futuros gobiernos", ha espetado adelantándose a los resultados del 20-D. "Se ha acabado el mito de que el PP gestiona bien la economía", se ha despachado de nuevo contra el Ejecutivo popular.