Unió aprovechó sus cuatro minutos de intervención para marcar distancias. Roger Montañola fue prudente sobre la corrupción pero no se apuntó a las teorías conspirativas y recordó que todo se inició con una denuncia de ERC y el PSC. Pero donde más se alejó de sus exsocios fue en el 27-S. El número dos de CDC, Josep Rull, negaba con la cabeza, molesto, al escuchar cómo Montañola avisaba de un posible tripartito de izquierdas y alertaba de que «lo que pase a partir del día 28 sera mucho más complicado y la épica no será suficiente para gestionar el día a día». Se apeó del discurso independentista, se preguntó qué prioridades tendrá el futuro Govern y lamentó que en 18 meses pueda haber nuevas elecciones.