El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, no puede dejar más claro que cuando el miércoles relacionó a la fundación Nous Catalans, vinculada a CDC, con la captación de islamistas radicales para la causa independentista dijo exactamente lo que quería decir. Ayer sostuvo de nuevo una tesis que, a su juicio, no significa vinculación alguna entre yihadismo y soberanismo, sino la constatación de su actividad de proselitismo secesionista no es «prudente» en un contexto de amenaza terrorista como el actual. Pero volvió a apelar a esa misma prudencia para no aportar más datos.

La invectiva de Fernández Díaz contó con el apoyo de un compañero del Gobierno, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. «Si el ministro responsable de estos temas hace estas afirmaciones, estoy seguro de que tiene informaciones fiables y más que solventes», afirmó el jefe de la diplomacia española tras subrayar que Fernández Díaz «no es una persona que acostumbre a tener alegrías verbales».

RÉPLICA DE MAS / El presidente de la Generalitat, Artur Mas, criticó en Nueva York estas declaraciones, que consideró «muy interesadas, desviadas, falsas, erróneas y peligrosas». De visita en el memorial por las víctimas del 11-S, Mas negó que Catalunya tenga un «problema grave de convivencia».