Los catalanes creen que Unió y Convergència se llevan peor que CiU con ERC, pero vayamos por partes.

Los continuos roces entre Josep Antoni Duran Lleida y algunos dirigentes de CDC -con la división del voto en el Congreso a cuentas del Congreso pacto yihadista como última muestra- no han pasado desapercibidos. El 43,8% de los entrevistados consideran que los dos partidos de la federación nacionalista tienen una relación mala o muy mala. Así lo piensan también el 38,7% de los votantes de la propia coalición. De estos, además, el 37,1% opinan que esa convivencia no es ni buena ni mala, mientras que el 14,6% la califican de buena o muy buena (casi el doble que la media general, que es del 7,8%).

Pese a ese elevado número de encuestados que intuyen que las aguas bajan movidas entre Unió y Convergència, el 48,3% pronostican que probablemente (el 37%) o seguramente (11,3%), ambos partidos mantendrán la sociedad cara a las elecciones autonómicas del 27-S. De nuevo, los votantes de CiU son quienes más confían en esa posibilidad (el 59,6%), aunque el 28,7% de ellos no descartan el divorcio.

LA RELACIÓN CON ESQUERRA

Pero volvamos al enunciado inicial, porque si decíamos que el 43,8% ve muchos recelos entre convergentes y democristianos, cuando se pregunta por la relación entre la federación y ERC, el porcentaje de los que piensan que esta es mala o muy mala se queda en el 22,8%. Si nos centramos en los electores de CiU, solo el 15,2% lo cree así, mientras que en el caso de los de ERC , el guarismo es aún más bajo; el 14,1%.

Otra pregunta del barómetro es sobre la confianza que generan el convergente Artur Mas y el republicano Oriol Junqueras. Al 46,3% del total de entrevistados no les convence ni el uno ni el otro. Al 20,8%, el líder de Esquerra. Al 19%, el de CiU. Y al 11,6%, los dos.