En los últimos meses, Josep Antoni Duran Lleida ha mantenido reuniones con dirigentes populares y socialistas (Soraya Sáenz de Santamaría y Miquel Iceta, por ejemplo) y tiene toda la intención de continuar haciéndolo para intentar evitar que el president Artur Mas se vea abocado a convocar elecciones. Ayer, en su última carta web semanal a la militancia, el líder de Unió dejó claro que seguirá «defendiendo la continuidad de la legislatura y tejiendo los puentes que sean necesarios para garantizar la estabilidad». «A nadie le interesan las elecciones anticipadas, y todo el mundo lo sabe, aunque cara a fuera las reclamen hasta la afonía», afirmó Duran en alusión velada al líder de ERC, Oriol Junqueras, el mejor situado en las encuestas para acceder al Govern y tener que lidiar no solo con el proceso soberanista; también con la crisis económica.

El dirigente democristiano, que participó ayer en Roma en una reunión de la Asamblea Parlamentaria Euromediterránea y mantuvo un encuentro con el subsecretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría del Estado del Vaticano, Antoine Camilleri, aprovechó también la misiva para replicar a la petición de elecciones que hizo el pasado domingo la presidenta de la ANC, Carme Forcadell. «El único que ha de decir cuando se convocan elecciones es el presidente. Y la única asamblea que puede condicionar esa decisión es el Parlament. [...] El resto son opiniones muy respetables, pero solo eso, no mandatos implícitos o explícitos», subrayó.