“Hoy se inicia el camino de la separación y de la ruptura de la convivencia entre catalanes”. De esta manera ha empezado su discurso la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, en el pleno del Parlament. Antes de que se votara la solicitud al Congreso para que permita a la Generalitat convocar la consulta, la dirigente conservadora ha advertido de que el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, "no aceptará chantajes ni imposiciones". También ha acusado a Artur Mas de dejar Catalunya "más dividida que nunca" con su apuesta por el Estado propio.
Camacho, que ha empleado tanto el catalán como el castellano en su discurso, le ha recordado al presidente de la Generalitat que el mismo subrayó en el 2002 que "el debate sobre la independencia es anticuado, obstinado y frustrante". Además, ha defendido los lazos sentimentales con las otras autonomías subrayando que Catalunya solo tendría 2,4 millones de habitantes si no hubieran venido "más de tres millones de personas" procedentes del resto de España.
Tras mencionar la división del PSC para ponerla como ejemplo de la "fractura social" que según ella ha provocado el órdago de Mas, Camacho ha insistido en que la independencia dejaría a Catalunya "fuera de la UE" y de muchos tratados internacionales y ha avisado de un empobrecimiento económ ico. Acto seguido, ha insistido en que la consulta es "ilegal" y ha invitado al resto de diputados a acatar lo que se vote al respecto en el Congreso.