El debate de política general nos ha dejado un nuevo interrogante encima de la ya de por si cargada mesa de propuestas sobre cómo materializar el derecho a decidir: la vía Duran, adoptada al instante por los socialistas. Esta alternativa al sí o al no a la independencia debería plasmarse en forma de opción en la hipotética consulta para definir la relación de Catalunya con España. Así, se abre la posibilidad de celebrar (cuando sea) un referendo vinculante que no tenga dos opciones de respuesta, sino tres, que vendrían a ser quedarse como hasta ahora, la independencia o una mejora (imprecisa) del estatus actual de Catalunya en España.

La idea de una tercera opción se basa en el supuesto de que existe una parte significativa de electores que no se sienten cómodos con las dos opciones que se planteaban hasta ahora (independencia o mantenimiento del statu quo). Ciertamente, en el último barómetro del CEO, publicado el pasado junio, el 22% de los entrevistados declaraban preferir una relación de tipo federal con el Estado (un 35% se mostraban partidarios de quedarse como hasta ahora, mientras que el 38% optaba por la independencia). Existiría, pues, un espacio para esta tercera vía. Además, los defensores de la idea argumentan (no sin razón) que una tercera opción podría moderar las tendencias de enfrentamiento entre los dos extremos (independentistas y centralistas).

>>Lea la información completa sobre las diferentes hipótesis sobre el referendo en e-Periódico