Semana Santa de 1990. La familia Aznar se encontraba descansando en las islas Canarias después del exitoso congreso popular de Sevilla, el deManuel Fragarompiendo una carta de dimisión sin fecha de su sucesor y proclamando que en su partido no había "ni tutelas ni tutías".José María Aznar,Ana Botellay sus hijos habían pasado un día de playa. Al regresar a su hotel, el recién ratificado presidente del PP tenía un mensaje que alguien había colado por debajo de la puerta de su habitación.
No eran tiempos de móviles. "Llame cuanto antes a la sede del partido". Aznar telefoneó aFrancisco Álvarez Cascos. "Han metido a [Rosendo]Naseiroen la cárcel por cohecho y financiación ilegal". En su libro de memorias (Planeta), el que años después sería presidente del Gobierno admite que aquella noticia le pareció "tremenda". "La detención deltesoreroera un ataque a la línea de flotación del partido", apunta. Pese a lo relevante del asunto, Aznar decidió permanecer un par de días más en Canarias "para no contribuir a la sensación de urgencia".
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