El PSC se topó de nuevo ayer con sus heridas internas y comprobó en carne viva la imposibilidad de consensuar una posición común en la declaración soberanista impulsada por CiU, ERC e ICV-EUiA y que hoy aprobará el Parlament. En una larga y tensa reunión del grupo parlamentario, la consigna del primer secretario, Pere Navarro, partidario de rechazar la declaración por ilegal, chocó con el criterio de los sectores críticos.
La discusión se encalló de tal forma que, después de cuatro horas, la dirección optó por no tomar una decisión definitiva y convocar de nuevo a sus diputados a primera hora de este miércoles alegando que daban más tiempo para apurar una negociación que CiU y ERC ya dan por cerrada.
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