Geometría variable

La huida hacia adelante

El pacto CiU-ERC que, contra pronóstico, no se logró el viernes, se cerró ayer tras una jornada en la que CiU hizo muchos gestos hacia ERC. Francesc Homs dijo que el objetivo de déficit para el 2013 -al que está ligado por el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA)- era imposible de cumplir y el Govern ha decidido recurrir la ley de tasas judiciales y crear un nuevo impuesto sobre los depósitos bancarios (que será conflictivo con Madrid y con la banca) que dice que reportará 500 millones al año.

El gran problema -el que impidió el pacto el pasado viernes- era otro. Oriol Junqueras siempre dijo que votaría la investidura de Artur Mas y que tendría una actitud constructiva frente al Govern. Pero Mas, consciente de que tras la disolución se ha quedado a 18 diputados de la mayoría absoluta y que gobernar así en plena crisis es casi imposible, no tenía suficiente. Quería un acuerdo de legislatura que Junqueras rebautizó de pacto indefinido.

Pero Mas no quería fijar una fecha para la consulta porque prometió (entre otros a Duran) que sería legal -de acuerdo con la legislación española, catalana o internacional-,

y ponerle una fecha es admitir que está dispuesto a saltarse la legalidad. Además, Mas había dicho que la consulta sería durante la legislatura (acaba en el 2016), y en el 2015 hay elecciones en Madrid que pueden cambiar el panorama español. El viernes se mantuvo ahí pero Junqueras dijo no. Y se plantó.

Al final, Mas ha decidido la huida hacia adelante: lograr el pacto de legislatura para tener fortaleza parlamentaria aunque sea cediendo ante ERC. Ha inflexionado más que Junqueras al admitir que la consulta (salvo que las dos fuerzas pacten lo contrario) se hará en el 2014. Mas ha ligado su suerte a la consulta. Si la hace y todo le sale bien, quizá sea el Moisés del cartel electoral, pero puede dejar al país en una situación muy complicada. Si la pierde (y hacerla en subordinación a ERC no ayuda), será cadáver.

También puede incumplir en el 2014, pero eso sería el final traumático de la legislatura, con graves riesgos para CiU, o el inicio de una sonada voltereta a cargo de otro dirigente de CDC. Mientras, habrá mucha tensión en el nuevo tripartito (UDC-CDC-ERC) que acaba de nacer. Vamos, pues, a una legislatura corta que puede acabar en la consulta (si se hace), complicada y muy conflictiva tanto en Catalunya como con Madrid. Y que no ayudará a salir de la crisis. Una prueba es el impuesto de ayer. Quizá se aplique y consigan recaudar 500 millones, pero no arregla nada. Ahora la prioridad es que se recupere el crédito y el impuesto es una dificultad añadida. Y lo encarecerá porque la banca repercutirá el coste.

Mas podrá decir que es fiel a su programa (una consulta que esconde la pregunta), pero se ha convertido en un político unidireccional. Tenía 60 diputados y una gobernación aceptable, y su tozudez le ha dejado en 50 diputados y un programa aventurado, quizá descabellado. El PP de Aznar enterró el pragmatismo de la UCD. La CDC de Mas abraza el maximalismo de la ERC actual. Y el PSOE y el PSC han perdido poder y fuerza. El espíritu de la transición (la transacción) ha recibido otro golpe. Seguro que para algunos (o muchos), es un paso adelante. Me temo que será todo lo contrario.