Las movilizaciones

La protesta de los indignados se diluye por la escasa participación

Una segunda marcha convocada por la tarde acabó con un detenido y con cargas policiales

Una manifestación de solo 100 personas intentó, sin éxito, llevar las críticas al Congreso

Un grupo de manifestantes se enfrenta a la policía, ayer, en las inmediaciones de la plaza de Neptuno de Madrid. / AFP / PEDRO ACOSTA

Si somos 10.000, podremos bloquear el Congreso, pero si solo estamos los que hay aquí, poco podremos hacer». Lo dijo una joven en la asamblea del jueves por la noche en la que los indignados debatieron las acciones a emprender «para evitar la aprobación antidemocrática» dela reforma de la Constitución. Lo dijo a modo de reproche porque en la asamblea apenas participaron unos 200 fieles del 15-M. La joven alertó de la «falta de energía» del movimiento ante el nuevo reto, en una intervención premonitoria.

GUERRA DE GUERRILLAS / A las protestas, convocadas a las 7.30 horas de la mañana para preparar con tiempo el recibimiento a sus señorías, acudieron aún menos indignados que a la asamblea. Como su número rondaba solo las cien personas y debían hacer frente a un impresionante despliegue policial (no menos de 14 furgonetas de antidisturbios), descartaron cualquier intento de bloqueo y optaron por la guerra de guerrillas. Pequeñas manifestaciones por los callejones, intentos infructuosos de superar el cordón policial y, a media mañana, una cadena humana de la Puerta del Sol a Callao, que distan unos 200 metros y están en una zona alejada de la policía y del Congreso de los Diputados. Eso fue todo, además de algunas carreras y persecuciones aisladas de los antidisturbios.

Por la tarde, en una nueva concentración convocada por el 15-M en la plaza de Neptuno, la más próxima al Congreso, se produjeron algunas cargas policiales y la detención de un manifestante que se negó a identificarse.