Por sus recortes sociales y ausencia de reforma fiscal progresiva, los partidos de izquierda coincidieron ayer en tachar los presupuestos de «ultraliberales» y propios de la derecha. Joan Ridao, portavoz de ERC, felicitó al Gobierno por poner fin al «negacionismo absurdo» y «asumir la crisis», pero estas fueron las únicas palabras amables que se le escucharon al republicano. «El Gobierno hace seguidismo canino y exhibe un papanatismo digno de mejor causa en relación a ese directorio europeo que, junto con el FMI y EEUU, le dicta la política económica y le impone ajustes. La derecha siempre ha sostenido que lo que beneficia al mercado, bajos impuestos y duras políticas de consolidación fiscal, beneficia a todo el mundo. Lo sorprendente es que un Gobierno que se dice de izquierdas abrace la misma fe que Sarkozy y Merkel».

«Les voto que no a estos presupuestos como votarían que no esa inmensa mayoría de gente de izquierdas que les votó hace apenas un año y medio, ciudadanos que ni entienden ni comparten que el papel de Rodríguez Zapatero se haya convertido en hacer la política que la derecha quizás se atrevería a hacer», había dicho antes Joan Herrera, de ICV-IU.

Sin embargo, para la vicepresidenta económica, Elena Salgado, las cuentas son de izquierdas porque «mantienen el Estado del bienestar». Puso este ejemplo como prueba: «No he visto a la derecha muy contenta con los presupuestos», dijo Salgado, para quien las tesis de Ridao y Herrera son demasiado «románticas».