El tripartito desmoviliza

Si analizamos los resultados de la encuesta de EL PERIÓDICO, PSC y Esquerra Republicana solo tienen una vía para evitar unos resultados catastróficos: movilizar a una parte de su electorado que está dispuesto a ir a otras opciones o a la abstención. ¿Por qué está desmovilizado? Por muchas cosas, desde los efectos de la crisis hasta el desinflamiento deZapatero-demostrado también este en las primarias de Madrid-, pasando por errores propios de unos y otros.

Pero también se desprende de la encuesta que gran parte del electorado, tanto del PSC como de Esquerra -tal vez también el de Iniciativa tras la huelga general-, está descontento del tripartito como fórmula. Están dolidos con sus socios y consideran que este pacto ha desplazado a socialistas y republicanos de la sensibilidad de sus bases, sin ser tampoco una fórmula eficaz de Gobierno. La conclusión sería que hay una parte de electores, sobre todo del PSC y de Esquerra, que dudan de ir a votar a los suyos, precisamente porque no querrían que su voto fuera utilizado para hacer otro tripartito. Quizá se plantearían votar socialista si no tuvieran el temor de que esto acabará desembocando de nuevo en un Gobierno con participación de Esquerra y de Iniciativa. Quizá votarían Esquerra si no tuvieran la sensación de que -si la aritmética volviera a permitirlo- su voto serviría para hacer de nuevo presidente aMontilla.El tripartito desmoviliza. Quizá votarían PSC o votarían Esquerra, pero no tripartito.

Por lo tanto, un sistema lógico de movilizar a los electores necesarios para evitar unos malos resultados, tanto para Esquerra como para el PSC, sería anunciar de una forma solemne que no volverán a reeditar el tripartito, ni siquiera aunque fuera posible. Esto tranquilizaría a una parte de sus electores hoy desmovilizados. Pero tiene un gran inconveniente: decir ahora de un modo solemne, creíble y sincero que no volverá a reeditarse el tripartito es ofrecer la presidencia de la Generalitat aArtur Mas.Porque, de momento, la única posibilidad imaginable de un Govern alternativo al que presidiría el líder convergente es otro tripartito. El pacto a la vasca no es imaginable en Catalunya, porque no sumarán. O hay tripartito o hay un Govern alrededor de CiU, en solitario, con apoyos parlamentarios o en coalición.

Esta es una de las paradojas de la campaña: la previsión es que las tres fuerzas del tripartito no van a tener la mayoría aritmética necesaria para reeditarlo. Y para conseguir acercarse a la mayoría, que podrá permitir la reedición del tripartito, parece una condición imprescindible comprometerse sinceramente a no hacerlo. La elección no es sencilla: querer hacerlo y no poder, o poderlo hacer y no querer.