Opinión | ASUNTOS PROPIOS

Núria Navarro

Periodista

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Marc Masip, especialista en adicción al móvil: "Las redes sociales son un nido de ideas suicidas"

El psicólogo, fundador de Desconect@, participó en el foro 'Educación y Tecnología', organizado este sábado por EL PERIÓDICO en el Auditori CosmoCaixa de Barcelona

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Adolescentes, móviles y escuela: radiografía de una revuelta

Marc Masip, psicólogo experto en adicciones a las nuevas tecnologias / ELISENDA PONS

España es el país europeo con el mayor índice de adicción a las redes entre los adolescentes: un 21,3%. Casi el doble que el resto. El psicólogo Marc Masip (Barcelona, 1987) fundó en 2012 Desconect@, un proyecto de atención terapéutica y educativa para menores enganchados al 'smartphone' que evolucionó, de manera lógica, hacia el tratamiento de problemas de salud mental y dificultades académicas. Su equipo –87 profesionales, repartidos entre las sedes de Barcelona, Madrid y Málaga– logra un 97% de éxitos.

Vio antes que nadie que el móvil era la heroína del siglo XXI.

En 2011 vi que provocaba adicción. La gota que colmó el vaso fue durante un viaje a Menorca con unos amigos. Dábamos la vuelta a la isla con una menorquina y en Macarelleta uno de ellos se tiró al agua con el móvil en una bolsa y se volvió a casa porque no tenía wifi. Envío a la mierda toda una experiencia vital. 

Se centró en los adolescentes.

Lo tenía claro. Empecé en un despachito a trabajar con adicción a los móviles y a los videojuegos, pero me di cuenta de su relación con el deterioro de la salud mental –las redes sociales son un nido de ideas suicidas– y el fracaso escolar. El adolescente grave es el que quiere estar bien y no puede. 

"El adolescente grave es el que quiere [la normalidad] y no puede"

Un ejemplo de lo que llega a consulta.

El de un TDAH de altas capacidades con fobia escolar –en cuarto, quinto y sexto no fue al cole– y una adicción a la Play. Tenía 10 años. Sus padres, fantásticos, estaban desesperados. 

¿Existe un perfil común?

Si acaso, hay una falta de identificación de las emociones y, por tanto, frustración, que tiene dos amigas: la adicción y la depresión. Y la bajísima autoestima se junta con una sobreinformación bestial.

¿Por qué cortocircuitan?

El conocimiento es el origen de la libertad, pero un menor con un móvil es cero conocimiento y 100% de libertad, y todo se va al traste. La corriente tecnológica, cuya máxima es ganar dinero, y bombardea el cerebro más débil con luces, colores, sonidos, inmediatez, lo prohibido. Las redes permiten que tu yo real se exponga en un yo virtual mucho más potente, y cuanta mayor es la distancia, más se genera un espacio de frustración. No lo vimos venir, pero la solución, a mi juicio, pasa por poner leyes estatales a las tecnológicas. No puede ser que en las redes haya violencia, racismo, tutoriales de autolesiones.

"El método es mucho orden, muchos límites y mucho cariño"

¿Qué hacen con todo eso en Desconect@?

El método es mucho orden, muchos límites y mucho cariño. Más o menos, durante un año y medio.

¿Solo eso? Apuesto a que hay un ingrediente especial.

Del tratamiento hablamos poco, porque nos copian por todos lados. Hay un ingrediente importante que no todo el equipo conoce (incluso hay una cláusula de confidencialidad). Pero si la gente hiciera caso a lo que digo en las charlas, se me acabaría el negocio.

Sea generoso. Dé alguna pista.

No dar un móvil hasta los 16 –remarcando que no lo necesitan para tener amigos–, prohibir el acceso a los contenidos inapropiados (porno, violencia, ideas autolesivas), nada de móvil en el cole y que los padres entiendan que ellos pueden tomarse una cerveza, conducir o llegar a casa a las 2, y un niño de 15, no. Chimpún. A mí me encantan las prohibiciones.

"No hay que dar un móvil hasta los 16 años y prohibir el acceso a contenidos inapropiados"

No son muy populares.

"Prohibir no es la solución –dicen–, la solución es educar". Pero llevamos 10 años intentando educar en las nuevas tecnologías y no lo hemos conseguido. Los TCA no bajan, el primer consumo de pornografía ha bajado a los 8 años, el estudio Pisa muestra resultados desoladores. Y mientras, TikTok e Instagram están más fuertes que nunca, y X tiene un contenido absolutamente libre. Yo soy partidario de leyes que ayuden a educar de verdad.

Si no se ponen cortafuegos, ¿qué prevé?

La pérdida de lo real, que es esencial. Por mucha tecnología que haya, nunca conseguirán un abrazo, una mirada, un beso (un beso es tan potente que todos recordamos el primero). Pero, así como en 2012 dije que los videojuegos eran una mierda y ahora la OMS reconoce que son causantes de patologías, ahora tengo un rayo de esperanza. La salud mental se está priorizando y si la masa social es cada vez más crítica, habrá un cambio. En las charlas que hago con jóvenes de 16 años les pregunto si le darían el móvil a su hermano de 12, y todos dicen que no.

"Por mucha tecnología que haya, nunca conseguirán un abrazo, una mirada, un beso"

Consigue que sus pacientes aprueben selectividad y con nota. No cabrá en sí.

Me enorgullece, pero el camino con las familias es duro. Te confían lo más importante en un momento crítico. Y son 180 chavales. Llegó un momento en que la exigencia me superó y estuve hospitalizado. Suerte que tengo la mejor esposa del mundo, Elena. 

Oiga, si alguien saca el móvil en una cena...

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Me levanto y me voy.

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